TRABAJO ANUAL

2021

 

Tabla # 37 de Patrocinados de Bogotá

 

Delegado:       Rafael Higuera Chaves. C. O.

Auxiliar:           Delmy Beatriz Ocampo Sánchez. D. O.

 

Integrantes:

Esperanza Dorado Guerrero                      Secretaria

Edgar Delgado Mejía                                     Limosnero

Enrique Echevarría Ovalle                           Lector

Gladys Ruiz Ulloa                                            Archivera

Conrado Adolfo Gómez Vélez                     Orador      

Héctor Luciano Ramírez Cuevas                Asistente 

Darío Eustacio Salas Cerquera                   Llavero                                        

  • Contenido

2 INTRODUCCIÓN 4

3 DE LA ÉTICA FILOSÓFICA A LA ÉTICA ESPIRITUAL Y LA ASCÉTICA 7

  1. Propósito 7
  2. Metodología y definiciones 8
  3. La Metaética 10
  4. Ética normativa (Deontología) 22

3.1.1 La ética de las virtudes 24

3.1.2 Ética teológica 36

3.1.3 Consecuencialismo 48

3.1.4 Ética formal (Ética Kantiana) 52

3.1.5 Comunitarismo 56

3.1.6 Contractualismo 56

3.1.7 Ética civil y ética política 61

  1. La Ética Aplicada 63
  2. Hacia la Ética Espiritual en Cafh 65
  3. La deontología en Cafh 67
  4. La Ética Aplicada 68
  5. Glosario 69
  6. Referencias 75

4 MATICES DE ÉTICA DE LA RENUNCIA 80

  1. Presentación 80
  2. Introducción 80
  3. Textos inspirados en la película “sueños” de akira kurosawa. 84

5 ÉTICA APLICADA 95

6 CONCIENCIA ACRECENTADA 98

7 VALORES UNIVERSALES 101

8 CONCEPTOS COMUNES DE LA ÉTICA POR FUERA DE LO ESPIRITUAL 106

8.1.1 INTRODUCCIÓN 109

9 CONCLUSIONES 115

  •  

1    INTRODUCCIÓN

 

Bajo estos títulos y conceptos se estudiaron los diferentes temas, sobre los cuales se presentan las conclusiones en la parte final, reiterando la necesidad de estudiar de forma permanente los principales aspectos éticos de la vida espiritual, como mecanismo de desarrollo de la vida interior, cultivo de las virtudes y para darle vida a los votos en nuestra forma de actuar, con obediencia y fidelidad a la idea de la Divina Madre y renunciación de todo aquello que nos aleje de este propósito.

Este trabajo denominado La ética Espiritual, fue concebido con el objeto de explorar algunos conceptos relevantes hacia el estudio de la ética en la vida de Cafh. Se elaboró para aproximar y manifestar algunos problemas o dilemas éticos que se encuentran en el día a día de la vida espiritual o en el desarrollo de la vocación. El trabajo no se realizó para conformar un manual ni un compendio de recomendaciones de buen comportamiento, y tampoco para indicar el deber ser de la vida espiritual.  

Entre las conclusiones de esta aproximación exploratoria, destaca la extensión y profundidad de la ética que la constituye un tema, que requiere de constante dedicación y estudio, y seguramente la conformación de grupos permanentes de ética en Cafh de forma que se revisen los diferentes conceptos y casos relacionados, de interés o necesidad.

Para la elaboración del trabajo se partió de un estudio histórico, filosófico y conceptual de la ética, de una forma general, estudio que incluyó la revisión de diferentes artículos, pensadores, filósofos, textos literarios y de algunas películas de Akira Kurosawa. Luego de la primera etapa de estudio sobre las fuentes filosóficas y conceptuales, se exploró el tema en una perspectiva más espiritual, vivencial, hasta llegar a plantear el tema en el contexto de Cafh. Sucesivamente se estudiaron diversas enseñanzas y documentos de Cafh y también de otras fuentes dadas al estudio de la espiritualidad. Para la redacción final se distribuyó el trabajo por parejas, bajo los siguientes temas:

Aproximación a la ética espiritual de Cafh, desde la ética filosófica y teológica. En donde se trata de hacer un estudio referenciado de la ética desde la filosofía hasta la moral teológica, se presentan los conflictos conceptuales sobre la ética más recientes y se introduce el estudio de la ética espiritual en Cafh como camino místico

          En la ética de la renuncia tuvimos un doble acercamiento. Uno general en dónde planteamos los grandes interrogantes que nos merece la Ética de la Renuncia. Y otro particular en la que presentamos lo que denominamos “matices de ética “, con la intención de que el lector en las historias que allí se plantean intente dar respuesta a los interrogantes particulares allí planteados.

 

          La ética aplicada. En la generalidad creemos que hay una rivalidad entre la teoría y la práctica. Pensamos que la ética es una teórica y que el comportamiento y los hechos son lo importante. Pero un comportamiento que no mire la ética que lo acompaña puede acarrearnos serias dificultades y por esto considero necesario mirar como la ética forma parte de nosotros mismos y nos forma en el transcurrir de la vida.

                   Conciencia acrecentada, con el objeto de aproximarnos a la expansión de la conciencia como mecanismo y proceso de transformación y trascendencia, que nos permite dilucidar el deber ser y la ética de la vida espiritual. La Conciencia acrecentada se entiende como una actitud de respeto ante nuestros semejantes y el entorno cotidiano; sus efectos se traducen en una mejor relación entre los seres humanos entre sí e igual con el mundo circundante; y el proceso para lograrlo es una tarea constante de autoconocimiento, donde de manera permanente reflexionemos sobre nuestro actuar en el día a día. “La conciencia es inseparable de la reflexión”

           Valores universales, en busca de un imperativo o mandato de valor universal que sirva de apoyo para todos los seres humanos. Se consideraron las diversas formas cambiantes históricamente, de interacción entre los seres humanos y su mayor o menor aglutinamiento acorde con los grupos sociales, intereses individuales o comunitarios, y como la consideración de un Todo Universal nos puede permitir una empatía global para que los valores sean realmente universales.

          La parte del trabajo llamada “Conceptos comunes de la ética por fuera de lo espiritual” busca hacer una mirada de la forma en que se ha enfocado y ha evolucionado a través del tiempo el concepto de ética en las diferentes áreas de expresión de la vida como son las diferentes profesiones, la vida del ciudadano común y como se compara con el concepto de la ética en el contexto espiritual.

Bajo estos títulos y conceptos se estudiaron los diferentes temas, sobre los cuales se presentan las conclusiones en la parte final, reiterando la necesidad de estudiar de forma permanente los principales aspectos éticos de la vida espiritual, como mecanismo de desarrollo de la vida interior, cultivo de las virtudes y para darle vida a los votos en nuestra forma de actuar, con obediencia y fidelidad a la idea de la Divina Madre y renunciación de todo aquello que nos aleje de este propósito.

 

 

  • 3   DE LA ÉTICA FILOSÓFICA A LA ÉTICA ESPIRITUAL Y LA ASCÉTICA

  • Propósito

Este documento se elaboró con el objeto de explorar algunos conceptos asociados al estudio de la ética, que permitan adelantar un estudio fundamentado de la ética espiritual, que identifique definiciones principales, categorías de análisis, asuntos controversiales y dilemas a estudiar. 

Parece redundante hablar de la ética espiritual, una vez que el espíritu que permea el grupo social o ethos constituye en sí mismo una cuestión esencialmente espiritual, sin que sea por ello un asunto necesaria o principalmente teológico o confesional. Sin embargo, nos interesa desarrollar el estudio hasta arribar a la ética desde el punto de vista espiritual, para distinguirla de la ética teológica o filosófica.

  • Metodología y definiciones

Para adelantar el tema se hará una revisión secuencial, y exploratoria de las definiciones y conceptos asociados al descubrimiento de la ética y su desarrollo, identificando los principales autores, conflictos y dilemas en cuanto al desarrollo del discurso ético.

La ética, también denominada filosofía moral, es el estudio sistemático de los valores y los principios morales que guían la conducta humana. Sea desde la perspectiva individual o social, la ética se ocupa de entender las razones subyacentes, los discernimientos que anteceden a las acciones, con el objeto de distinguir si un comportamiento es correcto o erróneo. Es decir, la ética se ocupa de entender y sopesar la conducta humana desde el punto de vista de lo correcto e incorrecto, lo bueno y lo malo, la felicidad y el deber, y también de la búsqueda de los sistemas de valores y principios que sostienen esos conceptos. 

Frecuentemente se habla de moral o ética indistintamente, sin embargo, se trata de conceptos diferentes. Aunque la moral y la ética tratan el deber ser, la primera se refiere a valores y principios en el contexto de las costumbre y cultura de los pueblos, de una determinada época o contexto social, mientras que la ética surge del razonamiento y el estudio de la moral desde de una forma filosófica. Es decir, la ética estudia la moral, en busca de una comprensión sistemática y razonada del deber ser.

La ética, la metafísica y la epistemología componen las tres principales ramas de la filosofía. La metafísica estudia “lo que es”, la epistemología “cómo conocemos lo que es”, y la ética se ocupa de cómo “deberían ser” las cosas. En suma, la ética estudia los valores o las finalidades que explican de lo que hacemos y ayuda a determinar nuestras actuaciones son correctas o no

Para estudiar las acciones de las personas la ética profundiza en los hábitos, el carácter, las actitudes, creencias y propósitos que orientan y llevan a dichas acciones. La reflexión ética supone al ser humano como una entidad dotada de discernimiento y voluntad, que actúa libremente, y que tiene capacidad de discernir entre lo correcto o erróneo, o entre lo bueno o malo, (cuando hablamos en términos de libre albedrío), en concordancia con sus capacidades, nivel de reflexión, y contexto.

Puesto que la ética estudia el deber ser se ocupa de la praxis, de cómo hacer las cosas, de vivir y actuar, y en consecuencia aborda el conocimiento de los principios básicos, necesarios para vivir bien, para llevar una buena vida. En términos de los antiguos diríamos que la ética sirve para tener una vida con felicidad (eudaimonía), y en términos más modernos que la ética sirve para establecer una vida plena, y fructífera, acorde con un buen estilo de vida.

En filosofía se acostumbra a dividir el estudio de la ética en tres ramas principales: metaética, ética normativa, también llamada deontología y ética aplicada. Cada una se ocupa de cuestiones propias, y dispone de discursos compactos y sus tradiciones intelectuales, que tienen sus antecedentes en el pasado de la cultura humana.

  • La Metaética

La metaética se ocupa fundamentalmente del origen y significado de la moral, de estudiar la semiología del espíritu que permea el grupo social -ethos-, el uso de los términos y enunciados morales (Albert, 1978). Asimismo, busca explicar las presuposiciones y los compromisos epistemológicos, metafísicos, psicológicos y semánticos del pensamiento moral, su expresión lingüística y su práctica.

La Metaética también busca las concepciones y criterios que soportan aquello que se considera deseable o no, interroga por las ideas que van más allá de las acciones, es decir, trata de conocer la intersubjetividad, el origen y la naturaleza de los conceptos éticos y el relato que utilizamos para hablar sobre ellos (Ramírez, 2015). 

La metaética se preocupa de la interpretación y el significado; estudia la parte subjetiva de los hechos y para hacerlo busca los conceptos comunes, subyacentes a las decisiones, y se enfoca en establecer qué es aquello  que entendemos como correcto o erróneo, como bueno o malo. Sin embargo, a la metaética no le interesa entrar a calificar como buenos o malos los casos que enfrentan las personas en concreto; este tipo de discusión le concierne a la ética aplicada. 

Que la ética se ocupe de la subjetividad y lo valores compartidos no quiere decir que sea subjetiva, más bien puede decirse que es intersubjetiva. Observa el significado del deber más allá del individuo, en el contexto de la comunidad, la sociedad, la profesión, la cultura o el colectivo (Silva, 2009)

En consecuencia, la ética no es relativa en función del individuo, ni se puede afirmar que esté hecha al antojo de cada persona. El individuo no puede establecer valores y principios éticos a su amaño, arbitrariamente, estos últimos son compartidos en concordancia con un tiempo, una cultura, un lugar y un contexto. 

Cuando alguien dice que algo está mal, desde la metaética se trata de identificar y entender la cosmovisión, los fines y los valores que llevaron a materializar los hechos en comento, que explican de esa forma de actuar y de considerar las cosas.  Si alguien dice, por ejemplo, que se prohíbe la eutanasia, a la metaética no le importa determinar si la eutanasia es reprochable o no para una persona en concreto, sólo busca entender cuáles son los valores y principios que sirven para adoptar un determinado criterio moral, cuáles son los elementos que llevan a actuar de una determinada manera.   

La metaética también indaga si es posible conocer una ética “verdadera” como un concepto que puede descubrirse, y, asimismo, cuáles pueden ser y si existen valores éticos eternos y universales, independientemente de la voluntad o las convenciones humanas. 

Sin embargo, cuando se habla de principios y valores universales abordamos un problema difícil de dilucidar y consensuar. ¿Qué es valor? ¿Qué es lo que vale y lo que no? ¿El valor existe como una cualidad inherente o intrínseca a las cosas? ¿O es el ser humano quien asigna valor a las cosas? ¿Existe una jerarquía de valores? ¿Cuál es la finalidad de la existencia humana, que debe perseguir?, ¿Que se debe buscar? ¿El bien, la riqueza, la admiración, la felicidad, la justicia, el placer, la exaltación, la iluminación? Todas estas son cosas difíciles de sopesar y decidir.

El estudio de la naturaleza de los valores fue objeto de estudio por parte de la Filosofía a través de autores como Sócrates, Platón, Aristóteles y Kant. No siempre es fácil distinguir entre lo bueno y lo malo, lo que vale o lo que no, lo deseable o lo indeseable, o cual es el deber ser. Esto es así porque la vida pone en frente de las personas situaciones y disyuntivas que no están escritas en blanco y negro, en donde no es posible salir bien librado totalmente, en donde siempre se le causará mal a alguien. Hablamos de situaciones en donde hagamos lo que hagamos no podríamos salir siendo inocentes, a pesar que seleccionemos el mal menor y en donde, de cara al sentido de la existencia de cada uno no hay fórmulas prescritas. 

Durante el siglo XIX comenzó a sistematizarse el estudio de la naturaleza y funciones de los valores, hasta configurarse en el siglo XX como nueva rama de la filosofía denominada axiología (Seijo, 2009). Esta disciplina, estrechamente intrincada con la metaética, con las contribuciones de Max Scheler, se ha señalado como originaria Francisco Brentano (1838-1917), juntamente con Friedrich Nietzsche (1844-1900) y Rudolf Hermann Lotze (1817-1881) (Monge, 2013). 

La axiología parte de una mirada antropocéntrica del mundo, distinta de la perspectiva teocéntrica medieval, que permite reflexionar sobre las escalas de valores y también la asignación de valores a los hechos, las cosas y los bienes, sean materiales o inmateriales. La Axiología se interesa especialmente en los aspectos de la ética y la estética. Trata de establecer jerarquías de valores o criterios con la ayuda de escalas cualitativas o cuantitativas, necesarias en el campo del derecho, la pedagogía y la economía, y también para fijar criterios de razonabilidad y proporcionalidad frente a decisiones difíciles.  

Los valores y los principios que guían el accionar humano son variables y también dinámicos. En consecuencia, para leer el comportamiento humano desde la ética es necesario considerar el contexto de cada tiempo y lugar. Este cambio de principios inherente a la cultura, esta mutación de los valores que empuja el cambio de los tiempos deriva en una cierta movilidad de la ética, y se convierte en una angustia que lleva a preguntar:

  • ¿En verdad puede existir una ética universal? ¿Quién la dicta? ¿Cómo se llega a descubrirla? 
  • ¿Es posible establecer y descubrir valores universales que puedan ser respetados por todos los seres humanos, en todos los tiempos? 
  • ¿Existen los hechos morales? Si es así ¿Dónde y cómo se originan? ¿Cómo se puede establecer un estándar conveniente en nuestra conducta?
  • ¿Es la moralidad realmente una cuestión de verdad o de gusto?
  • ¿Cuál es la relación entre un hecho moral con otro hecho de carácter psicológico, o social?
  • ¿Cómo se aprende sobre los hechos morales?
  • ¿A qué se hace referencia cuando una persona se refiere a valores? ¿O al comportamiento moral como bueno o malo?
  • ¿A qué se hace referencia cuando se dice “bueno”, “virtud”, “conciencia”, etc.?
  • ¿Es el bien un valor en sí mismo? ¿O el bien tiene un valor en concordancia con el 
  • placer y felicidad que puede producir?
  • ¿Cuál es la relación entre la fe religiosa y la moral? 

No existe una respuesta unánime o definitiva a preguntas como estas y en particular, existe gran controversia sobre si es posible establecer una ética universal, conforme con principios y valores más elevados. 

Las diferentes posturas en controversia se agrupan entre los llamados cognitivistas y los no cognitivistas. Los cognitivistas sostienen que efectivamente se puede conocer y descubrir un sistema de máximas morales y valores éticos, de aplicación universal para todos los individuos, a partir de razones objetivas y su mejor exponente puede ser Immanuel Kant. Consideran que la constitución emocional, las necesidades y preferencias particulares de las personas son comunes y por tanto “pueden “descubrirse” mandatos universales.

Este “descubrimiento” de la ética, del imperativo categórico, trae el recuerdo de la visión platónica del mundo de las ideas, un lugar en donde habitan las ideas perfectas; con lo cual la perfección del mundo que habitamos nunca será posible, y tampoco establecer un imperativo universal y permanente. No obstante, para los cognitivistas, aunque los sistemas éticos están ligados a la mutación de diferentes apreciaciones comunes de valor, propios de cada sociedad, tiempo y lugar, el imperativo ético si puede descubrirse, para conformar un cuerpo compacto de principios y valores de aplicación universal. 

Como se ha dicho, se considera que la ética no es subjetiva, sino intersubjetiva, puesto que depende del acuerdo, explícito o tácito, entre las personas y la sociedad sobre lo que es bueno o sobre aquello que no lo es, y, asimismo, el individuo no puede relativizar o acoger los principios éticos a su antojo.  Por el contrario, si ocurriera que los valores y principios éticos se van enriqueciendo y perfeccionando, sería posible revelar un “imperativo categórico”, es decir un “mandamiento autónomo, no dependiente de ninguna religión ni ideología, y autosuficiente, capaz de regir el comportamiento humano en todas sus manifestaciones”. También sería posible construir y actualizar un conjunto de principios y valores más recomendados para obrar correctamente. 

La posición no cognitivista, por el contrario, niega que las posturas morales puedan ser juzgadas como verdaderas o falsas. Para los no cognitivistas las posturas morales surgen del sentimiento humano y no de un juicio racional; no se descubren racionalmente, sino que obedecen a sentimientos, y su mejor exponente puede ser David Hume.

El filósofo escoces David Hume creía que la virtud y el vicio moral de este mundo no eran algo externo a nosotros sino más bien el resultado de sentimientos que emergen de nuestro interior y se propagan al mundo. La moralidad o inmoralidad de un acto, según Hume, no es más que un sentimiento que tenemos cuando vemos o pensamos sobre dicho acto; si el sentimiento que nos provoca es positivo el acto es moralmente bueno, en cambio, si tenemos un sentimiento negativo, el acto es moralmente malo. Señalaba Hume “La razón, en un sentido estricto, significando el  discernimiento  de  la  verdad  y  la  falsedad, no puede nunca por sí misma ser un motivo para la voluntad y no puede tener influencia alguna sino en cuanto afecte a alguna pasión o afección” (Ayala, Leal, & Zuluaga, 2009).

Aunque el bien o el mal moral están relacionados con los sentimientos, Hume no creía que las personas pudieran tener sentimientos de manera arbitraria. El ser humano normal o promedio siente repugnancia a presenciar actos de tortura, asesinato, maldad, o injusticia. Según Hume el campo de la razón corresponde al estudio y descubrimiento de verdades sobre el mundo externo, mientras que la moral es un asunto de sentimientos internos. Para Hume la razón estaba esencialmente separada de la moral.

Señala Hume: “Si la moral no tiene naturalmente ninguna influencia en las pasiones y acciones humanas es en vano esforzarse para inculcarla. Nada es menos fructífero que una multitud de preceptos y normas tal como abundan entre los moralistas”.

En suma, existe una gran división dentro de la filosofía sobre las teorías morales y las visiones del mundo. Unos sostienen que la moral puede inventarse, que es relativa a la cultura, el tiempo y el lugar, y otros, en sentido opuesto, creen que la moral puede parametrizarse, descubrirse y determinarse de manera científica o racional.  

Aunque el cuerpo de saberes que conforma la metaética se remonta principalmente a los orígenes de la filosofía occidental, un estudio universal de la ética requiere conocer sobre Confucio y Buda (Caballero, 1998).

Sócrates, como se lo describe en los diálogos de Platón, estaba fundamentalmente interesado en las bases del comportamiento ético y motivado por responder al relativismo moral del que acusaba a sus contemporáneos, especialmente a los sofistas y a la falta de un referente a seguir en los dioses griegos, indiferentes a los humanos, inmortales, pero de comportamiento violento y sin escrúpulos. Aun así, la ética surgida de los griegos emergía de un mundo terriblemente desigual, en sociedades como la griega donde se aceptaba y justificaba la esclavitud. Los filósofos antiguos como Aristóteles, que predicaron las virtudes, entre ellas la justicia, respaldaban la esclavitud, una institución a la que encontraban lógica y funcional respecto de la sociedad y necesaria para la supervivencia y la economía de sus ciudades estado (Lorca, 1980).

Platón planteó una serie de preguntas en la República con las que los filósofos han estado lidiando desde entonces. Inquirió ¿Por qué debo ser moral? En la leyenda del anillo de Giges, descrita en La República, Sócrates y su discípulo Glaucón tratan de dilucidar si es preferible ser justo a ser injusto (Linares, 2016). “Giges” es un Pastor que luego de una violenta tempestad encuentra un anillo de oro que tiene la propiedad de hacer invisible a quien lo use. Asombrado por los poderes de este anillo, Giges lo mantiene en secreto y va al Palacio. Una vez allí, usa el anillo y su ayuda seduce a la Reina, mata al rey y se apodera del trono. La pregunta que deriva del relato es ¿Existe algún hombre lo suficientemente justo como para no aprovecharse de las ventajas que brinda ese anillo? Si un hombre como ese existiera, quedaría demostrado que se puede ser justo por amor a la justicia en sí y no atemorizado por un eventual castigo. Glaucón por su parte, argumenta que ningún hombre que posea una ventaja como la que proporciona el anillo va a decidir actuar de manera justa. Agrega que una persona con el poder de hacer lo que quiera, y que no lo haga para actuar justamente, merecería nuestro elogio, pero la consideraríamos idiota, dice: “ningún hombre que merezca ser llamado hombre seguirá las leyes de la moral, de la Convención y de la Justicia, si pudiera salirse con la suya actuando de otra manera”.  Glaucón continúa, considera dos casos diferentes, el hombre que es realmente justo, pero infortunadamente todos creen que es injusto y como resultado lo desprecian, marginan y atormentan y pierde todo su dinero, familia, trabajo, amigos, todo; al final lo torturan y lo empalan y tiene una muerte terrible. Luego considera un hombre perfecto que es totalmente injusto, pero que parece ser justo; todos piensan que es justo, pero en verdad no lo es. Como consecuencia de ello, puede establecer contratos con sus amigos, casarse con quien quiere, dormir con quien quiere, puede hacer lo que quiera, porque todos piensan que es sumamente justo.

Glaucón, dice “demuéstrame, Sócrates que hay algo que pueda decirse a favor de actuar justamente”. El diálogo apunta a demostrar que la justicia es lo suficientemente importante como para imponerse cuando está en contradicción con otros bienes, para afirmar que es mejor ser considerado justo y serlo que ser considerado justo y no serlo. 

Para Platón, lo principal es la naturaleza propia de la justicia. Cualquiera puede elegir actuar justa o injustamente, pero para ello, antes debe conocer el significado de estas palabras. El verdadero desafío de la ética entonces es establecer la naturaleza del bien para poder juzgar si ciertos actos son buenos o malos.

Aristóteles piensa en la justicia de una persona y la define como un estado en que la parte emocional y racional de uno actúan de manera adecuada y no interfieren una con otra. La razón debe estar cumpliendo su función, que es la de controlar la parte emocional del alma y hacer que esta haga lo correcto.

Actualmente sabemos, porque se lo ha demostrado experimentalmente, que cerca del 1% de las personas pueden tener personalidad psicopática. No se trata de caníbales como el personaje del “Silencio de los inocentes”, Annibal Lecter, sino de personas que pueden ser su jefe, casi siempre políticos o gerentes, personas que buscan el poder y muchas veces lo consiguen, pero que se caracterizan porque carecen de empatía. No les importan los demás, carecen de remordimientos, nunca piden disculpas, sino que aprovechan para echarle la culpa a los mas débiles, y ven a las personas en estado de fragilidad  e indefensión como una oportunidad. Es como si la persona débil fuera una invitación para aprovecharse y burlarse de ella. 

Los psicópatas también se caracterizan por ser encantadores a primera vista. Son grandes simuladores, magníficos actores, sin embargo, son depredadores que carecen de afecto y empatía por los demás; rápidamente identifican a las personas más débiles y las oportunidades para aprovecharse de ellas. Esta observación nos permitiría analizar de nuevo el Glaucon, ahora con números, para determinar que cuando menos el 1% de quienes encuentren el anillo sin duda lo utilizarían para su beneficio, sin remordimiento alguno, del 99% restante  habrá puntos intermedios. Una estadística que también permitiría discutir las consecuencias de “poner la otra mejilla”, cuando se trata de hacerlo ante un depredador.

  • Ética normativa (Deontología)

Consideraremos que la segunda rama principal de la ética es la ética normativa, también denominada deontología. La Deontología se ocupa del estudio de las obligaciones o deberes morales, se encarga de estudiar y reflexionar sobre los principios fundamentales sobre cómo se debe vivir y cómo debería ser el mundo. La ética normativa (deontología) trata por lo tanto de los deberes, incluyendo todas aquellas normas que rigen las actividades profesionales (Aleix, 1998). 

La ética normativa se guía sustancialmente por principios y valores, y muy raramente por lo que dicen las “normas” o reglamentos. Para determinar cuáles actos son buenos o malos por lo regular se deben estudiar numerosas normas o principios aplicables, frecuentemente en contradicción, y por regla general, acometer un proceso de reflexión extenso. Aunque muchos filósofos morales han intentado desarrollar sistemas de ética normativa, con reglas o normas para juzgar actos concretos y decidir qué hacer en situaciones específicas, este es un esfuerzo difícil de acabar, que se mantiene en controversia, ante la complejidad de circunstancias y la mutación tanto social como cultural. 

Si vamos a ocuparnos de las obligaciones o deberes morales, del deber ser, es necesario preguntarse si es posible confeccionar principios fundamentales, normas, mandatos (imperativos) que sirvan de referencia. Y si eso es posible ¿Podríamos establecer un sistema de referencia semejante, que sea de aplicación y validez universal y temporal? Frente a preguntas como estas surgen diversas perspectivas filosóficas en contradicción o competencia. Para algunos, los principios éticos emanan de lo bueno, lo que proporciona mayor realización del ser humano, o también pueden surgir de las sagradas escrituras, de Dios, o de la búsqueda de la unión con un principio universal o divino, de una manera más o menos fundamentalista o reflexiva, según cada confesión o devoción religiosa; para otros, estos mandatos nacen del propósito de la mayor utilidad, o de la posibilidad de obtener el mayor nivel de bienestar, felicidad, placer, arrobamiento, iluminación o satisfacción, justicia, estabilidad social y política, o de obtener un estado de complacencia, siempre que no afecte a otros, y también de alcanzar la alternativa que haga feliz a la mayor cantidad posible de personas. En cada una de estas finalidades descritas encontramos escuelas filosóficas y posturas que las representan, hablaremos de algunas de ellas.

  • La ética de las virtudes 
  • Ética del mandato divino (Ética Teológica) 
  • Ética racional (Ética kantiana)
  • La deontología de las reglas
  • Teoría utilitarista 
  • El consecuencialismo
  • El formalismo
  • El contractualismo
  • El comunitarismo
  • La ética de las virtudes

Algunos filósofos piensan que la vida moral es la vida que se rige por determinadas virtudes como la austeridad, la ascética, la generosidad, la honestidad y el coraje. La Ética de las Virtudes es la corriente de estudio de la moral, que entiende y propone el deber ser a partir de rasgos internos de la persona, que se traducen en hábitos virtuosos. 

Teleológicamente la ética de las virtudes difiere de la ética formal, la ética teológica y al consecuencialismo, en cuanto se justifica el deber en la virtud, en ser bueno, y no en buscar un beneficio, el cumplimiento de un mandato divino, o el acatamiento de un imperativo -mandato-. Busca explicar la naturaleza de un agente moral como fuerza motriz para valorar el comportamiento ético, en lugar de hacerlo comparando el acatamiento de reglamentos como indica la ética formal o con la perspectiva de resultados, o las consecuencias de los actos, como en el consecuencialismo. 

Según la ética de las virtudes existen ciertas acciones que se deben realizar, y otras que no, más allá de las consecuencias positivas o negativas que ello pueda acarrear. Aquí las acciones tienen un valor en sí mismas, independientemente de la cantidad de beneficio que puedan producir (García, 2002). Para la ética de virtudes, por ejemplo, hay que ayudar a los necesitados porque hacerlo sería caritativo y benevolente, y no porque se pueda obtener beneficio con ello. 

De acuerdo con la convicción de que hay acciones buenas o malas en sí mismas, se sigue el deber de realizarlas o de evitarlas. En la ética de las virtudes, una acción puede ser moralmente correcta, aunque no produzca la mayor cantidad de bien, porque es justa por sí misma. Sin embargo, esta perspectiva entra en conflicto en situaciones concretas, difíciles de resolver, de allí que a veces es inevitable considerar las consecuencias globales de las acciones, que obligan a elegir actos que no son del todo buenos, pero que pueden representar un “mal menor”. Una mentira, por ejemplo, podría salvar una vida humana, y en este caso se podría hacer una ponderación deontológica a partir de los resultados de la acción, que lleve a pensar que es mejor un mal menor. 

La ética de la virtud se remonta a Platón y, de modo más articulado, a Aristóteles. Para estos, una acción es éticamente correcta si la hace una persona virtuosa. 

En general, la ética antigua se diferencia de la moderna por ser eudaimonista, es decir, que se justifica en todo aquello que sirva para alcanzar la felicidad (Guariglia, 2002). Aristóteles considera a la felicidad, que en griego se dice eudaimonia, como el fin legítimo de las acciones morales. Sin embargo, la felicidad para los griegos y para Aristóteles no se entiende de la misma manera que en la actualidad, sino que representa una condición de bienestar o vida buena, de “florecimiento humano” o “prosperidad” (Anaya, 2013). Sucesivamente, identifica la existencia de tres tipos de bienes: los bienes exteriores, los bienes del cuerpo y los bienes del alma. Aristóteles consideró a los bienes del alma como los más importantes, porque en ella reside la razón.

Aristóteles es una figura sobresaliente en el campo de la ética normativa. Una parte principal de su obra descrita en la Ética Nicomáquea o Ética de Nicómaco está relacionada con cómo ser una buena persona y en el cultivo de las virtudes. Su ética no se ocupa de lo que está bien y lo que está mal, sino de practicar la virtud. 

Aristóteles aboga por una forma de justicia en particular, que define como un rasgo de la personalidad (Genicio, 2002). Para Aristóteles, la razón es el aspecto más elevado del hombre, la razón más que cualquier otra cosa representa lo que es el ser humano. En la idea de Aristóteles, la parte divina del hombre es la capacidad de razonar, es lo que nos permite participar de lo que Aristóteles denomina vida contemplativa, que es la forma de vida más elevada de los hombres y que también hace posible que tengamos religión, lenguaje y moral (Candel & Domènech, 2003). 

Aristóteles descarta la idea universal del bien tal como la había planteado Sócrates. No hay un bien idéntico para todos los hombres. Para cada individuo el bien es distinto en cada actividad y en cada arte. Si el fin de la medicina es la salud, el bien que corresponde es la curación del paciente, si el fin de la estrategia es la victoria, el bien correspondiente es el manejo eficaz de las fuerzas militares, en suma, en toda acción el bien es el alcance que se logra del fin buscado (Hanley, 2006).

Para Aristóteles el hombre bueno es quien realiza acciones razonables, es decir, un acto es moral cuando es el resultado de una decisión consciente y sucesivamente, al hábito de las acciones buenas lo denomina virtud. Un elemento central en el concepto de Aristóteles es la moderación como virtud, para la éste la virtud corresponde al justo medio, mientras que en los extremos, en el exceso se encuentra el vicio se de pasividad o exaltación. El acto moral tiene como condición la libertad de querer hacerlo, y por ello, aquel que no pueda ejercer su voluntad no podrá ser juzgado moralmente. Aristóteles, como se ha dicho, justificó la esclavitud, y según su criterio no todos los hombres eran capaces de observar, de ser de ser justos, o de actuar virtuosamente, es decir de convertir en habito las acciones justas. 

A diferencia de Kant, Aristóteles pensaba que las normas no funcionarán dentro de la ética. Para él lo que se debería hacer es descubrir qué es lo más importante en la vida, y luego, en lugar de tener un conjunto de normas uno debe poder observarlas. 

Realizando acciones justas se hace uno justo y realizando acciones moderadas se hace uno moderado. Quienes no hacen nada carecen de posibilidades de hacerse buenos, aunque tienen la posibilidad de serlo. La mayoría de los hombres no practican hacerse justos y revisar lo que hacen, sino que se refugian en la teoría y creen llegar a ser hombres cabales teorizando. Actúan como los enfermos que escuchan atentamente a los médicos y no hacen nada de lo que estos les prescriben. 

Aristóteles también propuso el principio del justo medio (García, 2002). Dice que para cada temperamento humano o deseo existen personas extremistas, por ejemplo, que se enojan demasiado rápido ante los insultos recibidos o que son demasiado apacibles ante la injusticia. El carácter virtuoso, entonces, consiste en encontrar una moderación tal que permita evitar el vicio de ambos extremos. Por ejemplo, no debemos ni malgastar nuestro dinero irresponsablemente, ni ser tan avaros de no compartir nada con los demás. La generosidad es el justo medio entre estos dos extremos.

Después de la muerte de Aristóteles, su propuesta es retomada por diferentes pensadores como Epicuro, que rechaza el hedonismo extremo y propone un placer guiado por la sobriedad de la razón reclama un requisito de transparencia para el obrar ético ningún acto individual debería ser tal que su protagonista tuviera que ocultarlo ante los demás. El hombre justo es más sereno que cualquier otro. el injusto lleva consigo la mayor turbación.

Lo que sabemos de Sócrates se deriva casi enteramente de los escritos de Platón. Como el resto de los pensadores éticos antiguos, Sócrates pensó que todos los seres humanos deseaban la eudaimonía, sin embargo, adoptó una forma radical de eudemonismo, en donde la virtud se consideraba como indispensable alcanzarla. Sócrates creía que virtudes tales como el autocontrol, la valentía, la justicia, la piedad, la sabiduría y otras cualidades relacionadas de la mente y el alma son absolutamente cruciales si una persona se propone una vida buena y feliz 

La teoría ética de Platón es eudaimonista porque sostiene que la eudaimonía depende de la virtud. Platón trató la ética desde varios puntos de vista. Desarrolló sus argumentos tanto sobre la ética personal como sobre la ética pública en el libro La República. Platón argumenta que las virtudes son estados del alma, y que la persona justa es alguien cuya alma es ordenada y armoniosa. Para Platón el alma del hombre injusto, sin las virtudes, es caótica y está en conflicto consigo misma, de modo que incluso si fuera capaz de satisfacer la mayoría de sus deseos, su falta de armonía interior y unidad le impedirían alcanzar la eudaimonía. Para superar la ley del más fuerte y el hedonismo desarrolló sus argumentos en Gorgias, mientras que en el Fedón muestra la importancia de lo que habita después de la muerte, como indicativo de cómo comportarse en vida. Platón elaboró una compleja teoría del Estado, que completó en la política y las leyes. 

En su diálogo Eutifrón, Platón abordó la cuestión de si Dios quiere el bien, porque es bueno o si el hombre es bueno porque Dios lo quiere (Delorme, 2019). Platón no apela a que las leyes sean un mandato divino, sino que, por el contrario, apela al bien. Como se ha dicho, los antiguos dioses griegos eran pasionales, inescrupulosos y a veces malvados, de forma que no representaban un buen ejemplo. Platón sostiene que todas las personas buscan el bien en todo lo que hacen, y que siempre buscan el bien para y por sí mismos, lo cual no quiere decir que busquen ser moralmente buenos. Tal vez los individuos no busquen el bien moral, quizá sea el placer o la felicidad, pero al final lo que cada uno busca es aquello que es bueno. Por eso, el referente ético para Platón es “el bien” no los mandatos divinos.  

Otras corrientes filosóficas de la antigua Grecia, que es importante recordar son las de los estoicos y los epicúreos, quienes desarrollaron sus propias teorías sobre la ética.  Con visiones totalmente contrapuestas, los estoicos valoraban la vida y basaban su ética en una vida moderada y virtuosa, mientras que los epicúreos afirmaban que se debía buscar el placer (Almiñana, 2007).

Actualmente estamos asistiendo a cierto redescubrimiento, y resignificación del estoicismo.  Esta escuela filosófica, fundada por Zenón de Citio da una importancia sustantiva a la ética del comportamiento que cuestiona profundamente los valores de la moral griega y romana. Estaba basada en el dominio y control de los hechos, cosas y pasiones que perturban la vida, valiéndose de la valentía y la razón del carácter personal. 

Los estoicos también eran eudaimonistas. Debe agregarse que todos los filósofos de la antigüedad occidental, griegos y romanos eran eudaimonistas, aunque su manera de entender la eudaimonía presenta variaciones de escuela a una escuela filosófica a otra. 

El objetivo del estoicismo era alcanzar la felicidad y la sabiduría prescindiendo de los bienes materiales, basándose en la tolerancia y autocontrol. Los estoicos creían que todo alrededor operaba según una ley de causa y efecto, resultando en una estructura racional del universo. Pensaban que no se podía controlar lo que pasa a nuestro alrededor, pero sí podemos controlar lo que pensamos sobre ella, entre otras cosas, porque se trata de una sociedad que aparenta ser ideal, pero en verdad es falsamente positiva.

Se sabe que Zenón no era completamente griego, probablemente griego chipriota o fenicio y que su filosofía tuvo una fuerte influencia o ascendencia en la filosofía oriental, probablemente judeocristiana. Esto se deduce de la semejanza del estoicismo con la ideología y la ética cristiana del sacrificio, la vida con moderación, la austeridad y el rechazo a la vida lujuriosa y complaciente. La importancia, cada vez mayor del estudio de los estoicos, incluyendo autores más modernos como Séneca y Maco Aurelio (Martínez, 1984), tiene que ver con el estudio y el cultivo de elementos que nos son principalmente racionales como pueden verse en Aristóteles, Sócrates o Kant, sino que están relacionados con las actitudes, los hábitos, las prácticas y sustancialmente con el problema de los valores, y la búsqueda de una filosofía de vida que nos permita llevar una buena vida (Guariglia, 2002). Esta es una cuestión fundamental en un mundo exigente como el actual, extremadamente rápido y cambiante, cargado de apariencias, polucionado con mensajes de todo tipo, agobiado por un mar de vendedores de ideas, productos y mensajes.

Para los estoicos es posible alcanzar la libertad y la tranquilidad tan solo siendo indiferente a las comodidades materiales, la riqueza y los lujos, dedicándose a una vida guiada por los principios de la razón y la virtud, permaneciendo en estado extático de imperturbabilidad o “ataraxia” (Álvarez, 2000). La doctrina estoica consideraba esencial a cada persona como miembro de una familia universal, y asimismo tuvo mucha influencia en Roma y en las legislaciones posteriores de Occidente (Pizarro, 2013). De una manera sintética se podrían resumir las cuatro virtudes cardinales que planteaban los estoicos en: 

  • Conocimiento práctico (Sabiduría): la habilidad de navegar en situaciones complejas con una mente tranquila.
  • Templanza: la habilidad de restringir y moderar la atracción de placeres y bienes mundanos.
  • Justicia: ser justo con los demás incluso cuando han cometido un error o nos han faltado el respeto.
  • Coraje: actuar justamente no solo en situaciones extraordinarias sino en el día a día, con claridad e integridad.

En este punto de reflexión es necesario alejarnos del relato occidental para referirnos a Confucio y Buda, a quienes podríamos incluir en este apartado de la ética las virtudes. Es sorprendente identificar que Sócrates, Confucio y Buda, tres grandes inspiradores de la ética antigua, hayan vivido apenas en un lapso de 100 años, en lugares tan distantes. 

La ética de Confucio es también una ética de las virtudes como lo fue la de Platón y Aristóteles, sin embargo, se diferencia de ellas en considerar que el universo es cambiante, y dinámico. Confucio desarrolló un sentimiento de reverencia y fe en El Cielo tomado de la religión ancestral de su época. Las deidades de la época de Confucio no son antropomorfas sino más bien panteístas (universales) y de una amplitud difícil de precisar. La concepción del cielo o Tian en Confucio viene de la abstracción del cielo inmenso. 

El Cielo se considera el ser sagrado supremo, envuelto en un profundo misterio, inescrutable para los mortales. No es tanto una deidad personificada, sobrenatural, más bien representa un mundo de vida en continua regeneración. La Deontología Confuciana se fundamenta en señalar que el ser humano debe aplicarse en la voluntad del Cielo, protegiendo la vida. Todo aquel que “ignore y no obedezca su propia misión celestial”, eliminando o dañando vidas, puede ser castigado por el Cielo. Decía Confucio: “Quien ofende al Cielo no tiene a nadie más a quien rogarle”

A diferencia de los griegos, que veían el mundo de los dioses estático, eterno, inmortal e inmutable, en oriente, tanto Buda, Confucio y Laotzi veían un universo cambiante, en evolución permanente y en continuo fluir y cambio

La ética confuciana se fundamenta en dos conceptos el Ren y el Li. Se denomina Ren a la condición que denota la buena calidad de un ser humano y virtuoso, cuando es altruista. El Ren está ejemplificado por los sentimientos protectores de un adulto normal hacia los niños y se le considera la expresión externa de los ideales confucianos. Al Ren se llega a través del Li

El Ren se concibe como una especie de empatía con los seres humanos, y trata de la armonía familiar y social, y la piedad filial. La piedad filial implica la devoción a los padres y en especial no hacerles caer en vergüenza. El Ren comienza con la devoción y el amor hacia los padres, y sigue con el amor fraternal y universal. Este amor universal implica “no hacerles a otros lo que no quieras que te hagan a ti mismo”, y también una especie de caridad, que consiste en permitir que los demás puedan cumplir la satisfacción de sus necesidades. 

La noción de Li invoca el respeto a través de los ritos, las tradiciones y las normas de la vida social. Para Confucio los rituales y la manera de hacer las cosas tenía suprema importancia.  De entre todos los ritos, para Confucio tenían la mayor relevancia los funerarios y la reverencia a los ancestros. Aunque Confucio vivió en la época de los reinos combatientes, y quiso ser maestro de un príncipe que acogiera sus principios éticos no pudo materializar esta visión, de tal manera que murió sin atisbar y sin imaginarse el enorme efecto que tendrían sus enseñanzas posteriormente. Su filosofía fue adoptada siglos después y desde entonces permitió el desarrollo de una cultura administrativa meritocrática, que dio lugar al “mandarinato”, es decir a una institución administrativa basada en la meritocracia, la educación, los exámenes y la disciplina.  

La ética confuciana planteaba la obediencia y el acatamiento de las gentes respecto del mandato de sus gobernantes y asimismo que estos últimos debían servir a sus gobernados; si no lo hacían así, se rompería la obligación de los pueblos de acatar a sus gobernantes (Bautista, 2019). Esta ética perduró en la China durante más de mil seiscientos años, y luego fue atacada, vehementemente durante el régimen comunista de Mao, en la etapa que se denominó la “Revolución Cultural” por considerar que favorecía el statu quo y a los poderosos. Actualmente el confucianismo también denominado ruísmo, experimenta una etapa de renacimiento y resignificación.

  • Ética teológica

Para los filósofos, la ética conlleva hacer preguntas sobre el deber ser y hacer, sobre cuáles acciones llevan a vicios o virtudes, que hace que un resultado sea correcto o erróneo, siempre desde un contexto separado de cualquier suposición sobre Dios. Sin embargo, cuando la ética está ligada a creencias, prácticas y experiencias religiosas hablamos de una moral, una ética teológica. En numerosas etapas de la historia “el deber ser” ha sido dictado desde la religión, a través de imperativos, que se denominan “mandamientos”, mandatos preceptos, o la voluntad divina. Sin embargo, es preciso diferenciar, por lo menos someramente unas religiones de otras, para entender algunas diferencias, en particular porque algunas conviven o coinciden en alguna medida con la sabiduría y el razonamiento ético, mientras que otras tienden a ser excluyentes, o simplemente no admiten un razonamiento ético civil, o laico.

Además de los mandamientos o prescripciones por la religión, también ofrecen imperativos las sagradas escrituras, o los textos canónicos, es decir, aquellos textos que se consideran escritos por inspiración divina. La interpretación de los textos canónicos puede ser textual, o alegórica, dando lugar a visiones más o menos fundamentalistas o interpretativas de las escrituras sagradas y asimismo a una gran cantidad de paráfrasis y textos interpretativos, presentadas por sabios, teólogos o santos de la iglesia en diferentes momentos. 

Acogiendo a la perspectiva del teólogo y filósofo Manuel Fraijó, a partir de la presentación de las religiones que hizo Max Webber, podríamos clasificarlas en proféticas, sapienciales y místicas. Como proféticas se incluye las religiones monoteístas como el cristianismo, el islamismo, el zoroastrismo y el judaísmo, en donde existe la idea de un único dios y sus profetas, encargados de anunciar la voluntad de dios y abogar en contra de las injusticias y que, según el teólogo Fraijó, en el caso del cristianismo, han acumulado un gran caudal de conocimiento y de dogmas y por ello “se torna muy difícil dialogar con ellas”. Sucesivamente encontramos las religiones místicas, tales como el sufismo, el budismo, el hinduismo o la cábala, en donde se busca un contacto directo con dios y en el contexto de una experiencia vital, definida como de naturaleza inefable, es decir, que no es posible conocer racionalmente. En estas religiones se cultiva la interioridad y la extinción de las pasiones, y en su práctica predomina la contemplación sobre la acción. En las religiones místicas la figura central la presenta el “místico” como aquel que alcanza la unión con dios, un proceso que sólo muy pocos logran y en donde la ascética y la práctica del dominio de sí mismo ocupa un lugar fundamental. Finalmente encontramos religiones que podríamos llamar sapienciales, como el confucianismo y el taoísmo en donde la figura central es el sabio. Estas religiones procuran es organizar la vida, la vida personal, familiar y social, se propicia el conocimiento de dios a través de la práctica del estudio, la disciplina y la concientización del otro, de los antepasados y las ritualidades sociales. Para muchos las religiones como el confucianismo, designadas como sapienciales, no son verdaderas religiones, sino simplemente filosofías de la “vida buena”, volcadas a la civilización a la civilidad. De otras religiones como el Budismo, en donde no existe una marcada figura antropomorfa de o central de Dios, se ha dicho que son religiones ateas.

En la edad media europea acontecía, en contraste con la Grecia antigua, que la ética estaba ligada por completo a la religión, tanto que podríamos hablar de una ética teológica. Los filósofos más importantes de aquella época que escribieron sobre ética pertenecían o estaban relacionados con el catolicismo. Esto cambió en la edad moderna, sobre todo con la aparición en el siglo XVIII de Immanuel Kant, considerado el padre de la ética moderna (Iracheta, 2007).

La ética Medieval se desarrolló dentro de la escolástica, una disciplina erudita y compleja, dirigida a un grupo selecto de personas de la época. Entre los autores más importantes destacan San Agustín de Hipona y Santo Tomás de Aquino. Este último dedicó la segunda parte de Suma Teológica a la ética, recuperando parte del pensamiento aristotélico. 

Los filósofos medievales desarrollaron sus proposiciones éticas partiendo de la moral cristiana, las Sagradas Escrituras y la tradición romana. San Agustín incorporó las cuatro virtudes estoicas (greco-romanas) al catálogo de las virtudes cristianas, reorientando su significado dentro de la lucha contra el pecado y la tentación, en su libro La Ciudad de Dios, y a estas agregó las tres virtudes teologales. A las virtudes estoicas las denomino con el nombre de virtudes cardinales (sabiduría, templanza, justicia, coraje), y como virtudes teologales estableció la fe, la caridad y la esperanza.  

En el cristianismo se llaman virtudes teologales al conjunto de valores y actitudes que facultan al ser humano para acercarse a Dios y relacionarse con él. La observancia de las virtudes teologales anima a practicar las virtudes cardinales, por lo cual se complementan.

La caridad (amor) se define como la virtud que permite a las personas amar a Dios por sobre todas las cosas y, en nombre de este vínculo, amar al prójimo como a sí mismo. Sus frutos son el gozo, la paz y la misericordia. La fe consiste en creer en Dios y confiar en su revelación y supone la apertura espiritual necesaria para reconocer la manifestación de Dios en la vida cotidiana y en la comunidad de creyentes, esto es, en la Iglesia. El Catecismo de la Iglesia Católica define la fe como “la virtud teologal por la que creemos en Dios y en todo lo que Él nos ha dicho y revelado” (artículo 1814). La esperanza es la espera confiante en el cumplimiento de un determinado horizonte que, en el caso de la teología cristiana, se refiere al cumplimiento de las promesas de Jesús: el reino de los cielos y la vida eterna; y en función de la cual el cristiano se conduce espiritualmente. El Catecismo de la Iglesia Católica sostiene que la esperanza “corresponde al anhelo de felicidad puesto por Dios en el corazón de todo hombre” (artículo 1818).

Mas tarde Tomás de Aquino habló de las virtudes a partir de Aristóteles, con la diferencia de que la Eudaimonía (felicidad, bienestar o vida buena, el “florecimiento humano” o la “prosperidad“), el máximo bien, se equiparaba a Dios, quien otorga la ley eterna y establece cuál es la verdadera moral. Para Tomas de Aquino la Eudaimonia que proponen Aristóteles y los griegos antiguos es pasajera y limitada al mundo terrenal, y por tanto inferior a la vida eterna y la salvación. Esa ley natural establecida por Dios incluye, según el autor, algunos principios morales que se encuentran en el ser humano como inclinaciones naturales, el primero de esos principios sería que ha de hacerse el bien y evitarse el mal. 

Para los teóricos medievales, en un momento en el cual aún no se concibe la libertad de conciencia, lo bueno correspondía al acatamiento de los mandatos divinos, y lo contrario del bien era el pecado. En estos términos, la finalidad de la virtud no era ser bueno o actuar correctamente, sino que era evitar el castigo para obtener como recompensa la salvación del alma. A manera de ejemplo: 

  • Anqué los estoicos identificaron como virtud la Templanza, como habilidad de restringir y moderar la atracción de placeres y bienes mundanos, para los cristianos es la capacidad de vencer la tentación al pecado, es la una respuesta al desorden de la concupiscencia. Se trata de la virtud de moderar los apetitos y vencer las tentaciones de los sentidos, anteponiendo el uso de la razón. 
  • Aunque los estoicos concibieron la Justicia como el acto de ser justo con los demás incluso cuando han cometido un error o nos han faltado el respeto; para la fe cristiana la justicia se relaciona con la misericordia y el amor al prójimo, en no hacerle lo que no deseamos para nosotros mismos. 

En la tradición judeocristiana el deber ser corresponde con los diez mandamientos y otros mandatos anteriores que le fueron dados a los hijos de Noé. Debe tenerse presente que el cristianismo es una religión mesiánica, clasificada por algunos teólogos como profética, que cree en el juicio final, en la salvación, el sacrificio, la caridad, el amor como única forma de realización y unión con Dios, el perdón, la misericordia y la conversión. Sin embargo, la noción de vida eterna no era común entre los judíos del tiempo de Jesús. La resurrección es una idea que defiende la idea de la vida eterna centrada en Dios, sin embargo, tampoco tenía ascendencia entre los judíos, era una idea más común entre los fariseos. En la medida en que el cristianismo propone la resurrección, es contrario a la idea de la reencarnación. Para el cristianismo, la vida es una y única y, como tal, debe ser valorada y respetada. 

Los conceptos que introdujo el Cristianismo a la sociedad heredera de la antigüedad grecorromana propició una transformación profunda de la moral y la sociedad. Elementos como la consideración de todos los seres humanos como iguales ante los ojos de Dios, el deber de poner la otra mejilla, ponen en tela de juicio la ley del talión y la venganza, en tiempos en donde aún regía la esclavitud, que de esta manera se fue transformando en servidumbre; una forma distinta de esclavitud, más suave en cuanto el siervo tiene alma y es dueño de su cuerpo, pero no lo es de su trabajo, ni de su producido, ni de escoger su oficio o el lugar en donde vivir.

Las éticas teológicas pueden entenderse de una forma textual, literal (fundamentalista) o más o menos interpretativa, sin embargo, sostienen que los principios que deben guiar nuestro comportamiento provienen de la voluntad de Dios. Así, la práctica de buenos hábitos y costumbres, es decir, las virtudes que son buenas para destacar o ser próspero en el mundo no son las mismas que son buenas o se recomiendan para llegar a Dios. 

Para conocer la ética teológica de cada lugar y momento histórico es preciso estudiar y conocer y discutir sobre la religión a profundidad, conocer sus deidades y cosmogonías. Existe una gama muy diversa de dioses, sean antropomorfos, masculinos o femeninos, zoomorfos, asociados a fenómenos naturales o climáticos, y también deidades buenas o malas. También suelen ser relevantes los semidioses, sobre todo cuando se predica que los seres humanos normales, de carne y hueso pueden llegar a convertirse en deidades, de la misma manera que, por ejemplo, se presentan los santos cristianos, los semidioses griegos o los protectores.

Muchas personas, incluso hoy, piensan en la ética en el contexto de su Iglesia, la religión o su dios particular. Por eso para estas personas y comunidades hacer preguntas éticas implican invocar o hablar de Dios, o tratar de comprender y extraer el mensaje de Dios o de sus sacerdotes, conocer qué es lo que Dios nos dice que debemos hacer o no hacer.

La ética teológica china difiere hondamente de la occidental clásica o judeocristiana. En el confucianismo se presenta a la vez como una religión y una ética civil y de gobierno. Dios se presenta como concepto de armonía con el universo, con la naturaleza, con los antepasados y con los demás seres humanos, mientras que la moral Cristiana es monoteísta, masculina, mesiánica, antropomorfa y consecuente con un único Dios perfecto, procedente de la fe judeocristiana, Confucio acoge la idea de Dios en equivalencia al “cielo” o “Tian”, derivado de las visiones panteístas teológicas de su tiempo. Como se ha dicho, las virtudes en Confucio se derivan del Ren y el Li, y posteriormente se llevaron a las ocho virtudes confucianas del “Libro de la Iluminación del Sabio Emperador Guan“:

  • Devoción filial. Respeto y tierno cuidado a nuestros padres, maestros, mayores
  • Armonía fraternal. Vivir todos juntos en armonía como buenos hermanos, ser respetuoso con los demás
  • Dedicación. Lealtad, fidelidad, compromiso
  • Honradez. sinceridad, honestidad, mantener promesas
  • Decoro. cortesía, educación, modales
  • Sacrificio. Valor para obrar con rectitud, pureza de corazón e intención, altruismo
  • Honor. Integridad, incorruptibilidad, tomar sólo lo que uno merece, habiéndolo ganado
  • Sentido de la vergüenza. Concienciarse, reconocer y evitar actos vergonzosos

Para los budistas la idea de Dios es aún más abstracta, tanto que para algunos el budismo es una religión “atea”. La filosofía budista resulta de la suma de las investigaciones filosóficas de varias escuelas budistas. 

La principal preocupación del budismo siempre fue la liberación del Samsara, el eterno ciclo de nacimiento, vida, muerte y encarnación y por tanto de sufrimiento; esta liberación se le llama Nirvana. El camino hacia la liberación consiste en la acción ética (sīla), meditación y sabiduría (prajña, saber “las cosas como realmente son”. Los budistas hindúes han buscado esta comprensión no solo a partir de las enseñanzas del Buda, sino a través del análisis filosófico y la deliberación racional cubriendo temas tan variados como fenomenología, ética, ontología, epistemología, lógica y filosofía del tiempo.

La expansión del budismo ha derivado en una enorme diversidad de escuelas y orientaciones. Se considera que el budismo establece Cinco Preceptos

“no matar, 

no robar o hurtar, 

no cometer adulterio, 

no mentir, 

no tomar alcohol” 

Estos preceptos que son para la gente común, se multiplican para los monjes, para quienes existen decenas de reglas y recomendaciones extraídas de los discursos de Buda o de sus discípulos, que se denominan “Sutras”.  

De las diferentes tradiciones budistas se han generado recomendaciones éticas o de buen comportamiento llamadas “Paramitas”, propuestas con posterioridad a Buda, y de las cuales existen diferentes versiones, con mayor o menor número de mandatos. Indicaremos a modo de ejemplo, las Seis Paramitas, que, aunque no se consideran canónicas y que si bien son posteriores a Buda, se introdujeron para regular la ética y extender el budismo.

  1. Dhana paramita. Generosidad. Entrega incondicional a la vida cotidiana. Si hay entrega no hay ansiedad ni aburrimiento, y cada instante es un momento pleno.
  2. Sila paramita: Virtud. Coherencia. Honestidad. Buena voluntad, hacer el bien, no dañar a otros ni con el cuerpo, ni con la mente, ni por medio de la palabra.
  3. 3. Kshanti paramita: Paciencia. Tolerancia, Receptividad. Todo tiene su ritmo, la evolución tiene sus propios ritmos, la ley del Dharma tiene su Sabiduría. Aceptación del fluir de la Vida.
  4. Virja paramita: Vigor. Coraje. Perseverancia. Conectar con la Fuente para aumentar la energía y la claridad para ver y actuar. 
  5. Dhyana paramita Atención, concentración, meditación. Cultivo diario del Ser a través de la meditación para actuar desde el corazón. Comprometidos con el despertar para transformar la realidad. 
  6. Pajna paramita. Sabiduría. Discernimiento, visión, comprensión de la ley de causa efecto. Comprensión de la naturaleza del mundo y de la mente.

La filosofía moderna ha tratado de recuperar las teorías morales del mundo clásico antiguo, en parte ante la necesidad de una ética civil distinta de la moral religiosa, sin embargo, se ha mantenido la influencia de la escolástica. Descartes incluyó algunos elementos sobre la ética en su discurso del método; Espinosa realizó, desde el racionalismo, una propuesta mucho más completa, David Hume, por su parte, se enfocó en entender la conducta humana desde el punto de vista del empirismo. 

La ética teológica medieval de las virtudes sufrió vigorosos ataques durante el surgimiento de la modernidad, especialmente desde la literatura y la política. Debe destacarse la obra de Miguel de Cervantes, Don Quijote, que puso en ridículo la ética y la vigencia del Caballero Andante, el lenguaje heroico y quimérico de la caballería, la realidad de las órdenes de caballería, de los dragones y el mal, y de aquella la princesa que debe ser rescatada de sus garras. El debate entre los buenos: los nobles, los guerreros acorazados y los malos: los siervos y pobres desarmados; los fieles y los infieles, Dulcinea del Toboso, los Molinos de viento. 

Nicolás Maquiavelo desenmascaró la moral de los príncipes y de los medios que estos debían usar para llegar o mantenerse en el poder: La conspiración, la guerra interna o externa con ayuda de una potencia exterior, son ejemplos de conductas en evidente contradicción con la moral cristiana, pero muchas veces bendecidas por la iglesia, en donde era más importante parecer justo y virtuosos que serlo, ser amado por el pueblo, y al mismo tiempo  encargar ministros de tareas odiosas, vergonzosas y poco populares, pero necesarias para obtener o mantener el poder, y de las cuales el príncipe no quiere ser acusado. Una predica muy parecida a la de Glaucón contra Platón en su diálogo, y en donde no se encuentra ninguna virtud ni honor distinto en la búsqueda del poder más que en el obtenerlo, y en aparentar ser virtuoso. Maquiavelo parece decir: “El fin justifica los medios”, una frase de enorme significación en el estudio de la ética y la política, que resume los dilemas éticos más importantes de la política, cuando señala que, si el objetivo final es importante, cualquier medio vale para lograrlo. Esta frase, atribuida a Nicolás Maquiavelo, fue en realidad anotada por Napoleón Bonaparte en la última página de su ejemplar del libro El príncipe (1532), de Maquiavelo (López, 2013) /.

  • Consecuencialismo 

Durante el siglo XIX, sucesivos filósofos británicos adelantaron teorías éticas autónomas, que juzgaban la moralidad de las acciones a partir de sus consecuencias, más que en las intenciones o el temperamento de quien las realizaba. Este nuevo enfoque de la ética normativa se denominó Consecuencialismo, la forma más conocida de Consecuencialismo fue el utilitarismo de Bentham.

El utilitarismo es una teoría especial sobre los valores, en donde se juzga como bueno aquello que produce mayor felicidad o que reduce el dolor en mayor medida. Aunque las raíces del pensamiento utilitarista puedan remontarse a Platón, al filósofo británico Jeremy Bentham se le atribuye ser el fundador de este movimiento (Calderón, 2010). Bentham declaró que un acto es moral si producía la mayor felicidad para el mayor número de personas. Para Bentham la felicidad equivalía al placer y, en consecuencia, propuso mediciones para calcular la felicidad que proporcionaba una determinada acción o decisión y así determinar si una decisión o política era buena o mala. 

John Stuart Mill, defensor de la propuesta de Bentham creía que, aunque no lo supiéramos, todos éramos utilitaristas en nuestros corazones (Corella, 2006) A diferencia de Bentham, Mill distinguía entre los placeres no sólo por sus grados de intensidad, sino también por su calidad el placer de un animal no tiene el mismo valor que el placer de un ser humano y los individuos deben tener en cuenta la calidad de los placeres que buscan al tomar decisiones morales. ¿Es mejor ser una persona insatisfecha que un cerdo satisfecho? mejor ser Sócrates insatisfecho que un tonto satisfecho y si el tonto o el cerdo opinan de manera diferente es porque solo pueden ver su lado de las cosas. 

En los últimos dos siglos se han proliferado diferentes propuestas de utilitarismo. Mill pasó del utilitarismo del acto al utilitarismo de la norma y propuso que el principio utilitarista debe ser utilizado principalmente para determinar el valor de normas como no matar, no mentir o no robar. Los actos deben juzgarse por su conformidad con dichas normas generales así mismo, Mill creía que cada individuo tiene soberanía sobre su propio cuerpo, mente y espíritu, por lo tanto, el único comportamiento que puede someterse a un juicio moral es aquel que afecta a otras personas. Esta idea implica un fuerte reclamo para ampliar el alcance de la vida privada de un individuo, un importante avance de la ética moderna. 

La principal crítica que recibió Mill proviene de George Edward Moore quien planteó que la utilidad es una propiedad de las cosas buenas, pero no es un sinónimo de lo bueno, según Moore, ni el placer, ni la felicidad, ni la utilidad pueden definir la moralidad de nuestros actos. Ni en el mundo que conocemos y ni fuera de él es posible pensar en algo que pueda considerarse como bueno, sin restricción a no ser tan solo una buena voluntad. A George Edward Moore, nacido en 1803 se le considera el padre de la metaética; publicó Principia Ethica, obra vista como fundacional de esta disciplina. Aunque en esa obra no se menciona la palabra “metaética” se otorga particular importancia al análisis de los predicados “bueno” y “malo” como propiedades definitorias de los juicios éticos. En ella introduce, por ejemplo, el problema de la falacia naturalista

A pesar de las críticas al utilitarismo, en gran medida las tesis de concebir al ser humano como un ser optimizador, en busca de placer han dado vida a una visión económica y ética del ser humano, que justifica el orden económico capitalista, surgido desde el siglo XVIII y fortalecido hasta nuestros tiempos. Este homo economicus se presenta como un ser optimizador que siempre busca el mayor beneficio con el menor esfuerzo, situación que genera según los teóricos más liberales un equilibrio de fuerzas y acciones entre muchos seres humanos en competencia unos con otros, para producir bienes y resolver sus necesidades. Este supuesto equilibrio justifica para otros, necesariamente, la intervención reguladora del estado, a fin de controlar las externalidades negativas o positivas de esas acciones. Este concepto del homo economicus tiene cierta semejanza con la forma como Nicolás Maquiavelo describe a los seres humanos, desagradecidos, y aprovechados, más dispuestos a ofender al que aman que al que temen.

  • Ética formal (Ética Kantiana)

Una corriente de pensamiento ética que se ha clasificado como formalismo, estima que la búsqueda de nuestros intereses personales o del bien común no constituye el horizonte de la filosofía moral (Palacios, 1991). La ética formalista no se centra en la materia de la ley, sino en su forma, pone el acento en los procedimientos que garantizan la vida en la sociedad. 

En el siglo XVIII, el filósofo prusiano Immanuel Kant plantea un modelo deontológico que aspira a enfocar la moralidad como el cumplimiento del deber. Kant es uno de los más grandes representantes de la deontología. Planteó que el bien o mal que pueda atribuirse a un acto no depende en absoluto de las consecuencias de este y decía, por ejemplo, “que se haga justicia, aunque los cielos se abran”, las consecuencias no importan en absoluto, lo que importa es actuar bien, actuar con buena voluntad y cumplir con nuestro deber (Cantó, 2013).

Kant propuso una ley ética que guíe racionalmente nuestra acción y la llamó imperativo categórico (Malishev, 2014). Para Kant, la autonomía de la voluntad es el único principio de todas las leyes morales y de todos los deberes que de ellas provengan es la garantía de la dignidad del hombre, su igualdad ante la ley, “obra de tal modo que puedas querer que la máxima de tu acción se convierta en ley universal”.  Kant menciona el ejemplo del comerciante que siempre le da el cambio correcto a un niño. El comerciante sabe que el niño es incapaz de distinguir si el cambio que recibe es el adecuado, pero comprende que vive en un pueblo pequeño y que el niño volverá a su casa con el pan y el dinero y su madre  le preguntará: ¿Dónde está el cambio que falta? y el niño responderá esto es todo lo que tengo, entonces quizá la madre le echará la culpa al niño; sin embargo, todos sabemos que tarde o temprano se sabrá que este no era el único niño que no había recibido el cambio correcto, y luego las madres echaran al comerciante del pueblo, lo castigarán o le dejarán de comprar. Kant, dice el comerciante puede elegir entre dar o no el cambio correcto al niño, sin embargo, está inclinado a hacer lo correcto por diferentes razones como prudencia, interés personal, o porque es un buen negocio hacerlo, porque la madre volverá a la tienda cuando el comerciante parezca honesto, pero si esa es la única razón por la cual el comerciante da el cambio correcto dice Kant, entonces no tiene ningún mérito moral. El comerciante merece el elogio moral cuando da el cambio correcto, no porque sea un buen negocio hacerlo, sino porque es lo que se debe hacer.

Para Kant, la ética era la razón práctica, era la misma razón que estaba involucrada en nuestras investigaciones teóricas, es decir, en matemática, en lógica, en la ciencia, pero era práctica porque estaba relacionada con las decisiones que tomemos con respecto a nuestro comportamiento, en función de cómo deberíamos comportarnos (Belandria, 2009).

El modelo kantiano fue discutido en primer término por el filósofo alemán Georg Friedrich Hegel, quien planteó que la ética kantiana era demasiado abstracta e individualista, y que la esfera de lo ético está incluida en la de lo social y ambas en la del Estado. Luego, en el siglo XIX, el filósofo alemán Karl Marx planteó que lo que generalmente se defiende como la moral no es más que una construcción ideológica cuya finalidad consiste en facilitar y justificar la opresión de los ricos a los pobres. En toda sociedad hay una ideología dominante y por lo tanto la moral vigente es la de la clase que detenta el poder.

Otro filósofo alemán de fines del siglo XIX que podríamos catalogar como racionalista en relación con la ética es Friedrich Nietzsche, quien opinó lo contrario que Hegel y sostuvo que la moral ha sido hasta ahora, “una astucia de los débiles para defenderse de los poderosos”. Para Nietzsche “Dios ha muerto”, pregonaba (García Ninet, 2008). Se refería al dios de la cristiandad que dominó durante siglos Europa y a la muerte de los valores tradicionales representados por el cristianismo, que someten a las personas más débiles a una “moralidad esclava”, el “espíritu gregario”, que buscan un estado de resignación y conformismo en las personas hacia todo lo que sucede a su alrededor. 

Aunque Nietzsche decía con fuerza “dios ha muerto” también lo decía con cierto sentido de inevitabilidad, con angustia y desespero, porque comprendía que, ante la muerte del dios cristiano europeo, quedaría un vacío de sentido y de moralidad. Para él, los valores cristianos tienen que desaparecer para que surjan otros nuevos que representen su prototipo de hombre ideal, al que él mismo llamó “Übermensch” o Superhombre o Supra hombre (Leiter, 2021). Nietzsche rechazó la moral impuesta por las religiones y propuso una moral que surja desde lo más profundo de las personas. El Superhombre es aquella persona que ha alcanzado un estado de madurez espiritual y moral superior al del hombre común. El Superhombre es capaz de generar su propio sistema de valores, identificando como bueno todo lo que procede de su genuina voluntad de poder.

El filósofo John Rawls es uno de los máximos defensores de un punto de vista ético en donde la definición del bien es puramente formal. Establece simplemente que el bien de una persona está determinado por el proyecto racional de vida, que elegiría con racionalidad deliberativa entre la clase de proyectos del máximo valor así, lo que hay que establecer es que es racional para los que se encuentran en una sociedad bien ordenada como afirmación de su sentido de Justicia, como regulador de su proyecto de vida (Díaz, 2003). 

Debe haber una visión ética fundamental que subyace toda a toda teoría política, no obstante, algunas personas, en especial el filósofo político John Rawls, advirtieron sobre el hecho de vincular excesivamente los juicios que hacemos sobre los casos individuales, por ejemplo, lo que le digo a alguien a quien le hice una promesa con las instituciones políticas de gran escala y con nuestras obligaciones como ciudadanos (Rodríguez & Filosofía, 2013). 

  • Comunitarismo

Otro movimiento del siglo XX es el comunitarismo.  El comunitarismo surge como una respuesta o reacción contra el exagerado individualismo moderno, en apoyo de las visiones de la sociedad civil y en favor de las iniciativas organizativas colectivas, desde el siglo XIX, pero con un desarrollo teórico y práctico más sólido durante el siglo XX (Miguel, 1995). Sostiene que el desafío de la ética consiste en ubicar el pensamiento moral en contexto y aplicarlo a las tradiciones e instituciones culturales de una comunidad. Para el comunitarismo la moral es un invento que refleja los acuerdos entre las personas. Las personas se congregan y dicen qué hacer, cómo queremos vivir nuestras vidas, en que creemos, en que queremos creer que queremos enseñarles a nuestros hijos, cómo queremos que nuestros hijos vivan sus vidas y luego se llega a un acuerdo sobre los principios en los que creemos podemos crear en principios de libertad, igualdad, equidad o justicia o de aquellos que se quiera que se trate. 

  • Contractualismo

El debate actual de la ética se establece entre los consecuencialistas y la visión formalista conocida como contractualismo, fuertemente influenciada por la obra de John Rawls. El consecuencialismo, también conocido como ética teleológica se refiere a todas aquellas teorías de la ética normativa que sostienen que la corrección o incorrección de nuestras acciones está determinada por el valor o desvalor que ocurre debido a ellas (Scanlon, 2006). Para las teorías consecuencialistas, una acción se juzga correcta si genera el mayor bien posible o un excedente de la cantidad de bien sobre el mal. En la visión consecuencialista el buen proceder es el que optimiza algunos valores dados axiológicamente por una metaética

Si bien el contractualismo y el consecuencialismo difieren en el criterio o proceso utilizado para juzgar si una acción está bien o mal, ambos concuerdan en postular que la ética debe estar separada de la religión y de la tradición. 

El ámbito de la ética se ha expandido, reformulando sus preguntas básicas y sin embargo, a pesar de siglos de diálogo continuo, todavía permanece abierta la cuestión de la relación entre virtud y felicidad. Se ha abierto un debate muy fuerte y en estado de desarrollo para descubrir que es el valor, que es lo que vale, si placer es igual a felicidad a bienestar o La iluminación o arrobamiento. 

El conflicto actual entre el capitalismo y la vida de la naturaleza en la tierra sentencia la necesidad de introducir cambios éticos, en la axiología, en nuestro estilo de vida y organización social, de forma urgente y decidida. Una vez que el capitalismo se apodera de la economía mundial y derrota, no sabemos si transitoriamente, a las visiones más comunitarias de la economía política, emerge el sistema económico capitalista de gran rapacidad, que agota los recursos naturales rápidamente en un nuevo eje de conflicto del cual no puede zafarse como es el enfrentamiento con la naturaleza, la limitación de recursos de la tierra, la pérdida de la diversidad y la vida, la extinción de la especies y el cambio climático No cabe duda que el capitalismo y la especie humana perderán esa batalla si se empeña en ella. 

 ¿Qué es lo que realmente importa cuando hablamos de la felicidad o del bien o del bienestar humano? Hay distintas opiniones, muchas personas piensan en la felicidad, o en la satisfacción de necesidades básicas o en la diversión. Otros piensan que la felicidad es importante, pero no lo es todo hay otras cosas que también son importantes.

Una crítica que frecuentemente se le hace a la filosofía en general es que se ocupa de cuestiones esotéricas y abstractas distantes de la vida diaria y de las personas comunes. Aquí la filosofía enfrenta de manera directa a los dilemas y decisiones que conforman las cuestiones más diversas y apasionadas del día a día de las decisiones que los seres humanos tomamos cotidianamente, y que tiene un impacto y un efecto así no tengamos claras completamente sus consecuencias.

Aquí encontramos las difíciles preguntas que encienden el debate, como. ¿Puede defenderse moralmente la experimentación sobre animales? ¿Quién es responsable del medio ambiente? ¿Ante quién tienen obligaciones nuestros líderes comerciales? ¿Cuál es nuestra obligación con las generaciones futuras? ¿El Estado puede decidir terminar con las vidas de sus ciudadanos? ¿Se debe practicar la modificación genética de los seres humanos o de otras especies?

La eutanasia es moralmente aceptable por lo general, cuando grupos contrarios adoptan una posición sobre estos temas, disienten sobre las ideas metaéticas fundamentales y los principios normativos que guían la toma de decisiones. En el ejemplo del aborto nos enfrentamos a un conflicto entre dos principios normativos positivos el principio de proteger la vida del feto y el principio de la libertad de la mujer a decidir sobre qué hacer con su cuerpo. ¿Es inevitable que nos preguntemos, qué es la vida, cuando comienza y qué nivel de control debe tener la sociedad sobre ella?

Entre la vida diaria y también cuando pensamos en la política de Estado, debemos enfrentarnos frecuentemente con lo que las personas creen que debe hacerse y no es solo una cuestión de lo que nos ahorrará más dinero nuestro dinero, en este caso sino de lo que pensamos que debemos hacer o que nos está prohibido hacer por ejemplo, en cuanto al problema del aborto, muchas personas piensan, aunque ayude a hacer que la vida de muchas personas sea más sencilla está mal, mientras que otros dirán que es lícito, en el suicidio asistido el debate se produjo en el campo jurídico y ético. ¿Es lícito ayudar a una persona a terminar con su vida en ciertas circunstancias? 

Las personas de negocios pueden enfrentarse a preguntas éticas, deben maximizar las ganancias de su compañía y tienen un deber para con los accionistas, la junta directiva o la comunidad en donde desarrollan sus actividades. También se ha desarrollado toda una teoría sobre las virtudes en el mundo directivo, ejecutivo, en la administración y en numerosas disciplinas, como condición para el éxito o para la adecuada prestación de servicios, de manera más humanizada y con calidad, en condiciones de excelencia.

También se han desarrollado recientemente en la pedagogía, y la gestión del talento humano concepciones muy bien desarrolladas sobre lo que han llamado las competencias profesionales y personales y el concomitante trabajo sobre las actitudes, las prácticas y los hábitos.  La teoría de competencias y sus métodos se han convertido en un estándar para la gestión del talento humano, la selección de personal, el diseño de programas educativos y la gestión, y concierne conceptos muy semejantes a lo que los antiguos y los filósofos llaman las virtudes. Estos conceptos tienen todos profundas imbricaciones en la ética, el deber y el deber ser, la vocación y la realización de la vida.

Muchas veces las responsabilidades éticas de las empresas se debaten entre el acatamiento de normas ambientales, y el logro de servicios o bienes también deseables, o si se deben o no pagar mayores impuestos. Actualmente se desarrolla un extenso debate empresarial en temas como el buen gobierno, la responsabilidad de la gerencia frente a la junta y de la junta hacia la asamblea, de la empresa a la comunidad, y los clientes internos y externos frente a los trabajadores. También se habla de una responsabilidad social, como aquellas que va más allá de cumplir lo mínimo que exige la Ley, para proyectarse a hacerse responsable de otros temas que impacten positivamente la sociedad, pero sin que esto sea lo mínimo, sino que es ofrecer más allá de lo mínimo que impone la Ley. Todos estos temas conciernen al deber y al deber ser, es decir, a la ética.

  • Ética civil y ética política

La teoría de la justicia moderna está muy ligada a una cierta concepción de las personas y de lo que uno debe cumplir o respetar ante los demás, en el espacio de la sociedad civil (Estrada & Héctor, 2006).  La teoría ética se basa en el deber de pensar en aquello que las personas se deben mutuamente, más allá del contexto meramente individual, para acoger un acuerdo social implícito o explícito sobre las normas básicas que rigen la interacción de multitudes de personas que nunca interactúan entre ellas de manera personal y directa, y cuyas relaciones interpersonales están mediadas por su relación con el Gobierno la sociedad civil.

En la ética normativa contemporánea se vienen desarrollando diversas corrientes en torno al ser humano como parte de la sociedad civil, el estado, los gobiernos y más recientemente frente a multiculturalidad, la universalización de la humanidad, y el conflicto recurrente entre quienes permanecer dentro de contexto de su propio país o cultura, contra quienes pregonan la extinción de las barreras nacionales, la universalización de la cultura la apertura cultural y económica (Norro, 1992). 

Uno de los aspectos o dimensiones que ha tenido más desarrollo durante los últimos siglos es el de la ética civil. Para arribar a la ética civil, es necesario recordar cómo la ética teológica medieval, y la organización feudal o señorial medieval estaban regidas en todas sus dimensiones por el concepto teológico cristiano. La vida medieval era gobernada por la fe cristiana, de una manera que para nosotros hoy en día parece difícil de comprender, en donde no existía ni se consideraba la libertad de conciencia, ni la independencia o separación de la ética teológica en ningún sentido de la vida de las personas. Sin embargo, tampoco en la antigüedad griega o romana, y ni siquiera en Atenas, existía algo parecido a los conceptos modernos de Estado o sociedad civil, justicia o contrato social; ya se ha dicho que existía la esclavitud. Por otra parte, en el caso de la Grecia antigua no hablamos del Estado o de naciones como hoy las conocemos, sino de Ciudades Estado, que estaban en permanente conflicto unas con otras. 

Explicar el concepto de Sociedad Civil no es el propósito de este escrito, sin embargo resumimos sus numerosas acepciones señalando que la sociedad civil es la sociedad civilizada; que no es cualquier sociedad, sino aquella que ha desarrollado unos valores, unas virtudes y una ética civil en correspondencia con un determinado concepto de convivencia, respeto por las leyes, Estado y con otros conceptos modernos de justicia y gobierno, que nos permiten decir que la sociedad que es civil es aquella educada en una ética de lo cívico y lo público (Romero, 2013). Sin embargo, la aparición del discurso ético como algo civil, no religioso y la educación en la ética civil no ha sido pacífica, sino que ha sufrido enormes tropiezos y confrontaciones con quienes desean o se han empeñado en mantener la moral y la fe cristiana como reguladora de la sociedad occidental (López, 2011).

  • La Ética Aplicada 

La ética aplicada es la puesta en práctica en varios campos secundarios como, por ejemplo, bioética, ética médica, ética comercial, ética social, ética sexual y ética ambiental y a medida que la tecnología avanza, surgirán inevitablemente nuevos problemas éticos (Cortina, 1996). Despuntan en estos horizontes los problemas de la inteligencia y la vida artificial, la clonación, la manipulación genética, la privacidad, la libertad de información y otros.  

La Ética resulta esencial en el desempeño de tareas de mayor responsabilidad o en actividades profesionales de alto riesgo, o en las cuales la confianza y el comportamiento ético, con respeto de los demás esencial. Esta no es una cuestión ajena a la vida espiritual, pues se acompaña de la dirección espiritual, del ejemplo y de una vida ascética. En su desarrollo se presentan dilemas, y actos de enorme confianza y desprendimiento de sí mismo, que podrían ser aprovechados para hacer daño o para obtener un beneficio espurio, en contra del aprendiz, el compañero del camino las familias o la sociedad.

 

  1.   Hacia la Ética Espiritual en Cafh

Hablar de la ética es hablar de espiritualidad, pero desde un punto de vista reflexivo y razonado, en donde se buscan la mejor forma de actuar y de vivir. De hecho, la ética se ocupa de estudiar al bien, el mal, lo correcto y lo incorrecto, el alma y la manera como debemos vivir. La ética pregunta por los valores y principios y también por la conducta, por la mejor forma de actuar para vivir una buena vida, y por lo tanto, permite establecer un conjunto de reglas de comportamiento. 

La esencia de la doctrina de Cafh es lo que se denomina la mística del corazón y la ascética de la renuncia. A diferencia de la mística tradicional, la mística del corazón considera que la expansión de conciencia es un punto de partida a una expansión mayor. La expansión de la consciencia no es un proceso únicamente razonado, también lo es afectivo, intuitivo y trascendente, que llega hasta el arrobamiento hasta la unión con Dios. La expansión de la consciencia es, por otra parte, un proceso incluyente de los demás, de la familia y la sociedad, en donde no solo nos preocupamos por nosotros mismo sino por la unión de las almas.

Es esencial distinguir si la ética de Cafh es teológica o si tiene una axiología, una concepción de valores y principios establecidos. Sucesivamente es necesario pensar en cual, y como es nuestra relación con Dios, sea porque de ella se derivan valores, un deber ser, una determinada concepción de lo bueno y lo justo, el deber ser, y principios que puedan expresarse más adelante en una aproximación normativa

Es una cuestión esencial para este estudio de la ética espiritual, distinguir si los valores y principios en Cafh derivan de una doctrina, de un mandato divino o de una dogmática religiosa, o si por el contrario resultan en un continuo, en una búsqueda permanente del individuo y la sociedad para ser mejores y trascender, hacia el desenvolvimiento espiritual. El problema con los dogmas es que son estáticos y que no pueden ser puestos en duda o en debate, sin embargo la existencia es cambiante y nos expone a disyuntivas cada vez diferentes, a medida que vamos avanzando a nuevas etapas de la existencia aparecen nuevos dilemas y problemas, que no podían ser apreciados de otra forma previamente.

Cabe preguntarse, ¿Es posible establecer una ética espiritual universal? ¿Se llega a ella mediante una ética teología universal?, ¿Al descubrimiento de una ética universal se llega mediante una moral teológica universal? para avanzar en este sentido, si la ética espiritual es patrimonio exclusivo de la religión o si es posible plantear valores y principios sobre lo bueno, lo correcto y lo incorrecto, y, asimismo, sobre cómo hacer una buena vida. 

En diversas oportunidades se ha dado en discutir si Cafh es una religión o no lo es, puesto que tiene oraciones y un ceremonial, tiene enseñanzas y plantea una determinada cosmovisión. Sin embargo, salta a la vista que Cafh no predica ni exige una moral teológica, y que tampoco ofrece una dogmática, unas creencias, no presenta textos canónicos ni ofrece un camino de salvación. 

Es bueno recordar que Sócrates, por ejemplo, era religioso y practicaba los ritos y ceremonial de su tiempo. Como se ha mencionado previamente, para los filósofos la ética implica preguntar sobre el deber ser y hacer, los vicios o las virtudes, en un contexto separado de cualquier suposición sobre Dios. 

En una primera mirada sobre la ética de Cafh vino a la discusión que quizá la deontología de Cafh (ética normativa) se encuentra condensada en el reglamento. Sin embargo, se debe tener en cuenta el papel de la ascética mística como la práctica del método de Cafh, y asimismo el curso y las indicaciones sobre el método de vida. 

  • La deontología en Cafh


  • Los principios éticos en Cafh. ¿Cuáles son los principios y cómo se desarrollan en el reglamento, el método y la ascética mística?
  • La expansión de la conciencia. ¿Razón o conciencia, o razón y conciencia? Sabiduría, el Ren, la armonía.
  • La Ascética Mística. 
  • El Método de Cafh
  • Práctica de la virtud: Hábitos, actitudes, automatismos y prácticas 
  • En la ética espiritual, ¿La ética aplicada se puede describir en términos de conducta como ascética? ¿Cómo se relaciona o identifica la ascética con la deontología?
  • La Ética Aplicada


  • La relación. El Arte de Vivir en Relación 
  • Dilemas en la vida cotidiana de la espiritualidad y en las funciones de Cafh.
  • Dilemas en la dirección espiritual. Incompatibilidades, inhabilidades, prohibiciones, recomendaciones de buenas prácticas, casos. 
  • La enseñanza
  • Negocios y actividades con los hijos de Cafh y sus familias
  • Solidaridad responsabilidades de Cafh frente a los hijos y de los hijos frente a Cafh, según sus votos y responsabilidades administrativas
  • Buenas prácticas para la Iniciación y el tratamiento de aspirantes
  • Cumplimiento de los votos y el método
  • Relación de la vida espiritual y la política
  • El silencio
  • Relación con la familia del hijo, y la sociedad.
  • Dilemas del hijo de Cafh y la comunidad
  • Retiro y desvinculación de Cafh
  • Glosario 

  • ATARAXIA. Estado de ánimo que se caracteriza por la tranquilidad y la total ausencia de deseos o temores. La doctrina Estoica consideraba que los seres humanos deben buscar este estado de imperturbabilidad.
  • AXIOLOGÍA. Filosofía de los valores o filosofía axiológica es la rama de la filosofía que estudia la naturaleza de los valores y juicios valorativos. Incluye preguntas sobre la naturaleza y la clasificación de los valores y sobre qué tipo de cosas tienen valor.
  • CONSECUENCIALISMO. Constituye una teoría o familia de teorías filosóficas, que evalúa la corrección y obligatoriedad de las acciones en función de sus efectos o resultados en cuanto a utilidad, bienestar producido o cantidad de bondad asociada con sus consecuencias.
  • DEONTOLOGIA. Ética Normativa. Rama de la ética que estudia los posibles criterios para determinar cuándo una acción es correcta y cuándo no lo es.
  • EPISTEMOLOGIA. Rama de la filosofía que estudia el conocimiento científico, su naturaleza, posibilidad, alcance y fundamentos
  • ETICA. Es la rama de la filosofía que estudia la conducta humana, lo correcto y lo incorrecto, lo bueno y lo malo, la moral, el buen vivir, la virtud, la felicidad y el deber.
  • ETICA APLICADA. Rama de la ética que estudia la aplicación de las teorías éticas a cuestiones morales concretas y controvertida. Ejemplos de este tipo de éticas son la bioética, la ética militar, la ética de los negocios, la ética médica, la ética en la investigación científica.
  • ÉTICA NORMATIVA. Deontología. Rama de la ética que estudia los posibles criterios para determinar cuándo una acción es correcta y cuándo no lo es.
  • ÉTICA TELEOLÓGICA. 
  • ETHOS. Se define el ethos como el espíritu que permea a un grupo social, un conjunto de actitudes y valores, de hábitos arraigados en el grupo.
  • EUDAIMONIA. Es un término griego comúnmente traducido como felicidad, bienestar o vida buena; también se ha propuesto “florecimiento humano” o “prosperidad” como su traducción más precisa. Etimológicamente, se compone de las palabras “eu” (“bueno”) y “daimōn” (“espíritu”). Es un concepto central en la ética y la filosofía política griega clásica, junto con los términos “aretē“, la “virtud” o “excelencia”, y “phronesis“, a menudo traducido como “sabiduría práctica o ética”. En las obras de Aristóteles, la eudaimonía designa el mayor bienestar humano. La consecución de éste sería el objetivo de la filosofía práctica, que da lugar a un proyecto filosófico que busca investigar (y también experimentar) qué es realmente, y cómo puede lograrse.
  • FILOSOFIA. Conjunto de reflexiones sobre la esencia, las propiedades, las causas y los efectos de las cosas naturales, especialmente sobre el ser humano y el universo. Disciplina académica y conjunto de reflexiones y conocimientos de carácter trascendental que, en un sentido holístico, estudia la esencia, las causas primeras y los fines últimos de las cosas
  • FORMALISMO. Corriente de pensamiento ético que pone el acento en los procedimientos que garantizan la vida en la sociedad. Estima que el horizonte de la filosofía moral no se desprende de la búsqueda de nuestros intereses personales o del bien común, sino de actuar bien, con buena voluntad y cumplir con nuestro deber.
  • INTERSUBJETIVIDAD. Concepto filosófico que nace con el idealismo alemán, y surge por una necesidad de fundamentar ontológica y socialmente al “otro sujeto”.
  • METAETICA. Rama de la ética que estudia el origen y el significado de los conceptos éticos, así como las cuestiones metafísicas acerca de la moralidad, en particular si los valores morales existen independientemente de los humanos, y si son relativos, convencionales o absolutos
  • METAFISICA. Rama de la filosofía que estudia la naturaleza, estructura, componentes y principios fundamentales de la realidad.
  • MORAL. Conjunto de costumbres y normas que se consideran “buenas” para dirigir o juzgar el comportamiento de las personas en una comunidad.
  • OBJETIVIDAD. Es la cualidad de lo objetivo, de tal forma que es perteneciente o relativo al objeto en sí mismo, con independencia de la propia manera de pensar o de sentir que pueda tener cualquier sujeto que lo observe o considere.
  • PARAMITA. Virtudes o perfecciones que se deben cumplir para purificar el karma y vivir una vida sin obstrucciones en el camino al bodhisattva (iluminación). El término pāramitā o pāramī (sánscrito y pāli respectivamente) significa “perfecto” o “perfección”
  • PRINCIPIOS: Normas sociales que indican lo que las personas deberían hacer o lo que deberían evitar. También determinan cuáles son las acciones que deben ser promovidas o reconocidas y cuáles son las que deben ser criticadas o castigadas.
  • MUNDO DE LAS IDEAS. Espacio que aloja “las esencias” que existen, aunque no sean percibidas por las personas. A través de esta dualidad, la Teoría de las ideas intenta explicar que la única forma de acceder a la realidad y a la verdad es a través de la razón. En su filosofía, Platón establece una fuerte diferenciación entre lo que percibimos a través de los sentidos y lo que podemos llegar a conocer por medio del razonamiento sobre lo que llama “formas” o “ideas”. Correctamente combinadas en un lenguaje propio (método dialéctico), estas formas deben ser la base del conocimiento científico, y deben permitir explicar también el mundo que muestran los sentidos, sujeto a un constante cambio.
  • UTILITARISMO. Filosofía construida a fines del siglo XVIII por Jeremy Bentham, que establece que la mejor acción es la que produce la mayor felicidad y bienestar para el mayor número de individuos involucrados y maximiza la utilidad.
  • SAMSARA. Es el ciclo de nacimiento, vida, muerte y encarnación (renacimiento en el budismo) en las tradiciones filosóficas de la India; hinduismo, budismo, jainismo, bön, sijismo y también en otras como el gnosticismo, los Rosacruces y otras religiones filosóficas antiguas del mundo. Según estas religiones en el transcurso de cada vida, el Dharma  (acciones hechas para bien) y el Karma (consecuencia de lo realizado/decidido) determinan el destino futuro de cada ser en “el proceso del llegar a ser” (evolución o involución). Este proceso cíclico termina con el logro del moksha (liberación del ciclo del nacimiento y de la muerte).
  • SUBJETIVIDAD. Propiedad de las percepciones, argumentos y lenguaje basados en el punto de vista del sujeto, y por tanto influidos por los intereses y deseos particulares del mismo, sin dejar de pensar en las cosas que se pueden apreciar desde diferentes puntos de vista.
  • SUTRAS. Los sūtras o suttas son mayoritariamente discursos dados por Buda o alguno de sus discípulos más próximos.
  • VALORES: Los valores se conciben en la filosofía como una propiedad de todos los objetos, incluidos los objetos físicos, y también de los objetos abstractos, que denota su nivel de importancia.
  •  VERDAD. Aunque existen diferentes y amplias discusiones sobre la verdad en filosofía, esta se puede abordar desde cinco conceptos básicos: a) La verdad como correspondencia y relación entre el pensamiento y lo que se dice, en comparación y comparación con lo objetivo, con la realidad como lo que es. B) La verdad como revelación, como concordancia entre los que se piensa o deduce frente al concepto ideal que mora en el mundo de las ideas o en la perfección de los conceptos, c) Como conformidad a una regla, d) como coherencia entre la apariencia y la realidad en la experiencia humana, e) Verdad como utilidad, presente en algunas formas de la filosofía de la acción, particularmente en el pragmatismo. El primero que la esbozó fue Nietzsche, al identificar lo verdadero con lo apto para la conservación de la humanidad. 
  • VIRTUD. Disposición de la persona para obrar de acuerdo con determinados proyectos ideales como el bien, la verdad, la justicia y la belleza. La virtud se opone al vicio, y tiene una gran importancia para la vida ética.
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  • MATICES DE ÉTICA DE LA RENUNCIA

Darío Salas C y Enrique Echeverría O

 

Inspirada en la película Sueños de Akira Kurosawa 

 

https://www.youtube.com/watch?v=qBWIpFq1tCY&t=2639s

  • Presentación

Para el desarrollo de este documento, hemos querido, enfrentar al lector con ocho sueños, donde reposan valores, vestigios de una Ética, la nuestra, la Ética de la renuncia donde desde dos ópticas queremos revelar sus MATICES y cuestionamientos en relación con la Ética de la Renuncia.

Creemos que con textos indirectos sobre los sueños damos algunas respuestas e invitamos al lector a que busque las suyas y no de por sentado las nuestras. Para ello, se realizó una introducción con un aspecto conceptual que para nosotros tiene la ética de la Renuncia con unos interrogantes generales y otros particulares que luego utilizamos con cada una de las historias que trae la película que escogimos y de la cual desarrollamos unos textos propios en línea con los ochos sueños de la película.

Quisimos desarrollar esta metodología, teniendo en cuenta la forma como abordamos también este año el curso Libertad y Responsabilidad, donde en algunas reuniones utilizamos esta película y otras en los temas a tratar, aprovechando la membresía de uno de los autores de este documento al Grupo de cine como actividad de extensión.

  • Introducción 

Primero los cuestionamientos sobre el deber ser de la Renuncia:

.

¿Se puede separar la Renuncia de su Ascética?

¿Se puede afirmar que la Ascética es la Ética de la Renuncia?

¿Se puede vivir una Renuncia sin una Ascética?

¿Es la Ascética una Ética formal?

Son entre otras las dudas que surgen en este trabajo….

De acuerdo con los filósofos, la ética se ocupa de entender y sopesar la conducta humana desde el punto de vista de lo correcto e incorrecto, lo bueno y lo malo, la felicidad y el deber, y también de la búsqueda de los sistemas de valores y principios que sostienen esos conceptos.

Según el filósofo John Rawls la ética formalista no se centra en la materia de la ley, sino en su forma, pone el acento en los procedimientos que garantizan la vida en sociedad, por lo que una ética formal se define como aquella que define un reglamento como la fuerza moral que debe acatarse para cumplir un imperativo categórico vital de cada persona. ¿Suena eso como nuestro compromiso a seguir el Reglamento de Cafh, es decir cumplir un voto de Renuncia?

¿Porque la renuncia está encadenada con la ascética? 

¿Podríamos afirmar como Descartes pienso luego existo” diciendo renuncio luego vivo la ascética”?

Para lograr una relación con la existencia, y cumplir ese imperativo categórico, no esperamos que la vida nos arrebate lo que no podemos retener, sino que renunciamos a ello en forma deliberada, estableciendo una relación consciente con esa transitoriedad de nuestro devenir, controlando nuestros pensamientos y sentimientos y la relación que mantenemos con ellos, entendiendo que el Autodominio no es represión, sino reconocimiento de cómo nos relacionamos con pensamientos y sentimientos.

Este proceso, que es en realidad un proceso ascético, no se puede separar del mismo concepto de Renuncia, el cual hemos elegido con perfecta libertad: esa libertad en nuestro caso se entiende cómo hacer lo que debemos hacer, de acuerdo con nuestra vocación, y viviendo la renuncia, entendida como el método para concentrarnos en el objeto del trabajo ascético, que no es más que buscar la libertad por medio del conocimiento profundo de lo que somos realmente, más allá de nuestras apariencias físicas y mentales y de las máscaras con las que enfrentamos al mundo. Tenemos un Método, un Reglamento y unos Votos, así que en ese juego de abalorios se encuentra la Ética de la Renuncia’.

Esa ascética no es propia de Cafh, es el camino que han recorrido innumerables seres, avanzando en el camino de su búsqueda de lo Divino, que podríamos sintetizar así:

El primer paso es el Reconocimiento de la Vocación, reconocer           que nuestra búsqueda de la libertad interior es aquello que tiene la          importancia en nuestra vida.

Práctica del Silencio de los aspectos personales que acostumbramos a expresar continuamente.

Extendiendo ese estado a un estado de Silencio interior, acallando pensamientos y sentimientos que no sirvan a nuestro desenvolvimiento. 

Vivir la Presencia, es decir tener la conciencia en el momento presente, sin fugarse al pasado al futuro, permaneciendo en el siempre cambiante instante del presente eterno.

Vivir la Fidelidad, entendida como la necesidad imperiosa de cumplir nuestro objetivo de la vocación interior.

No hay manera de llegar a la libertad interior sin un esfuerzo consciente para el Estudio y para ser capaces de reconocer la enseñanza en cada situación de nuestra vida cotidiana, lo que solo se puede lograr estando atentos en presencia.

El Trabajo, no solo es un derecho fundamental del ser humano, sino que nos permite obtener lo que requerimos para subsistir y desarrollarnos tanto interior como exteriormente.

Este proceso, tanto interior como exterior nos puede llevar a la siguiente etapa, que puede ser llamada como de Expansión, donde nuestra conciencia de ser se amplia y es capaz de contener mucho más de lo que siquiera consideramos posible dadas nuestras propias capacidades.

La Obediencia, es muchas veces considerada con una connotación negativa, pero es en realidad una obediencia a nuestros más profundos deseos de libertad, entendida como la búsqueda de lo divino, obedeciendo aquello que nos impulsa a desenvolvernos y no a aquello que nos limita o nos encadena a algún aspecto de nuestro ser o de nuestro mundo.

Una base para desarrollar este proceso tiene que ver con la Rutina y los buenos hábitos que promueven nuestro desenvolvimiento.

No hay posibilidad de encontrar la libertad, si no somos capaces de vivir la Participación, entendida como la capacidad del ser de ofrendarse y renunciar al fruto de sus esfuerzos, entregándolo humildemente a la humanidad como ofrenda.

Todo esto requiere del ser una capacidad de Adaptabilidad, puesto que en este mundo lo único constante es el cambio, y no debemos ser tan rígidos como para no ser capaces de adaptarnos a los flujos de la vida y de sus expresiones.

Nada de esto realmente nos liberará de nuestras limitaciones si no somos capaces de vivir la Reversibilidad, es decir la capacidad de renunciar al fruto de nuestros esfuerzos y recibir y dar aquello que alguna vez consideramos era el fruto de nuestro esfuerzo personal, como si fuera una conquista de todos los seres.

Nosotros somos quienes damos validez al mundo y a la vida. Necesitamos aprender a ubicarnos de manera que nuestro modo de vivir nos libere: cuando esta etapa se logra, podemos tener acceso a la Unión Substancial.

De ahí, solo hay un paso a lograr la ofrenda completa, de sacrificar su propia liberación en aras de la liberación de todos los seres, es decir una ofrenda de Holocausto, esperando hasta que el último de los seres humanos pueda lograr la liberación, para que el alma que ha llegado a este punto logre por fin la unión con lo Divino.

 

Ahora bien, estos pasos se pueden reconocer dentro de estos sueños, pero queda a cada lector, encadenar este deber ser”, con la realidad” de los sueños y la vida.

¿Cuál es la Renuncia que aparece detrás de cada conciencia? 

¿Soy capaz de entender el deber ser de estas renuncias, que dentro del contexto de la película no son todas voluntarias…?

¿Es el destino que marca ese deber ser? 

¿Cuáles hábitos nos llevan a vivir la Renuncia o solo nos dejamos llevar por las circunstancias?
¿Encontramos puntos de amarre que nos permitan ver una explicación un tanto clara de la Ética de la Renuncia…?

¿Cuánto podemos enfrentar a la vida para lograr nuestro imperativo categórico o estamos definiendo nuestra capacidad de resiliencia?

  • Textos inspirados en la película “sueños” de akira kurosawa.

CONCIENCIA DE HONOR

Sueño 1. La luz del sol a través de la lluvia 

Un niño (de unos 6 años) incumple la advertencia de su madre de no ver una ceremonia de matrimonio sagrada (de unos zorros la llamaban), en el espacio libre del bosque, cuando llovía y el sol resplandece. Ahora ese niño, el solo debe ir a la tierra debajo del arco iris, para pedir perdón y aceptar la decisión de los “Zorros” —morir o vivir.

 

TEXTO UNO: CONDUCTA 

No lo debes hacer 

el niño se fruncía 

pero el adulto reía 

una ética se diluía 

otra ya nacía

la de un niño

que renace 

en el hombre 

realidad de ahora 

la que me convoca.

 

Ha vuelto a nacer

ese niño en mi 

esa curiosidad 

sin malicia de lo sagrado 

no tan extrema

tampoco tan laxa

una elección 

la de mi conducta 

un nuevo honor

un voto   mi conciencia.

 

Preguntas: ¿Cuál es la Renuncia que aparece detrás de la conciencia del niño? ¿Es el destino que marca ese deber ser que se le impone y el asume? ¿Es el destino que marca ese deber ser? 

 

CONCIENCIA DE ESPERANZA Y RESILIENCIA – CONCIENCIA ECOLÓGICA 

Sueño 2. El huerto de ciruelos y la fiesta de la muñeca 

La familia de un niño ha talado su huerto de ciruelos por lo que este niño se siente marginado de la fiesta de la muñeca este año, en honor a los árboles de ciruelo. El niño sigue a una niña a un huerto carente de árboles, donde las muñecas de la colección de su hermana mayor han cobrado vida. Las muñecas vivientes reprenden al niño por haber cortado los preciados árboles de ciruelo. Pero tras darse cuenta de cuánto adoraba el niño a las flores, de los árboles por el no talados, aceptan perdonándolo y realizan un baile lento y hermoso —un cagaku.

 

          TEXTO DOS: NO HAY MANDAMIENTO  

Te veía salir de una iglesia en medio de un bosque, “ella es sagrada y es un milagro, ella es sagrada y es un milagro’”, decías, mientras te internabas en el bosque camino a tu casa, mientras eras ajena a los cantos de los pájaros, a los sonidos de ciertos animales y del río que por allí pasaba. ¿Cómo te fue? Le preguntó su madre. Es un milagro y es sagrada volvió y repitió. ¿Quién el bosque y la naturaleza? No, la iglesia. Y ella, con solo mirar a su mamá comprendió: todo es sagrado y es un milagro. No importa sino se tiene un mandamiento que la proteja, como si lo tiene la iglesia: Honrarás las fiestas. Es un milagro y es sagrada ¿Quién? La iglesia. ¿Y el bosque y la naturaleza? También
No importa si no hay ¿Qué? Un mandamiento.

Preguntas: ¿Cuál es la Renuncia que aparece detrás de la conciencia del niño y la niña? ¿Cuáles hábitos nos llevan a vivir la Renuncia o solo nos dejamos llevar por las circunstancias? ¿Encontramos puntos de amarre que nos permitan ver una explicación un tanto clara de la Ética de la Renuncia?

 

CONCIENCIA DE RESISTENCIA Y RESCILIENCIA

Sueño tres: La tormenta de nieve y el mito de Yukki Ona 

Un grupo de montañeros que están luchan por abrirse paso en un sendero a través de una densa tormenta de nieve, uno de ellos lucha porque no se venzan. Una mujer (Yukki Ona/ser maligno) se aparece y lo invita a entregarse, a no luchar. El insiste, la mujer desaparece en la nieve, luego, el montañero despierta a sus compañeros y llegan al campamento que estaba al lado.

 

TEXTO TRES: UN POCO MÁS

Un poco más y salgo de esta, veré que todo va salir bien, de a pocos le doy sentido a mi desgracia, a ese martirio, un infortunio que no me da opción, solo poner a prueba mi resistencia contra esa levedad que debe ser limpiada por la nieve de la soledad.

No creo en un final, volveré a caer y eso me gusta, aunque sepa que hay que seguir, que me debo sanar e ir renunciando a mi levedad. De a pocos me digo, porque siempre he creído en ese nuevo comienzo, esa tacha de destino trágico que he vivido y me ha marcado con moraleja que se queda como una teoría en la deriva, que aún duele, que debe limpiarse para salir por la puerta con cielo de residencia, no por las vías que le muestra mi levedad. Un poco más—me digo.

Un poco más amor, parezco decirle a ella, un poco más para que hable mi historia de lucha, no el túnel con carga con que a veces endulza mi vida, con la certeza que no me ayuda, porque comprendo que en sí mismo es una desgracia, que me aleja de esa legión de esperanza, de mis compañeros con una bandera de color diferente, que me recuerdan la vida que dejé en pausa por dejar que hable mi levedad.

Un poco más, otra vez me equivoco, vuelvo y tomo el camino con eco, el que no me otorga sentido a la circunstancia de agobio, solo la maquilla con apegos que hacen que deje de lado mi sueño de libertad. Perdona no pude esta vez, seré la siguiente para ver si lo logro si encuentro mi campamento donde vive mi esperanza de pureza

Preguntas: ¿Cuál es la Renuncia que aparece detrás de la conciencia de los montañeros y del sujeto que reflexiona? ¿Cuánto podemos enfrentar a la vida para lograr nuestro imperativo categórico o estamos definiendo nuestra capacidad de resiliencia?


CONCIENCIA DE CULPA

Sueño 4: El túnel 

Un militar se para en la entrada de un túnel, mientras los aullidos adentro crecen. Surge entonces de esa oscuridad un perro que le ladra agresivamente. Vemos que el perro lleva alrededor de su cuello un cinturón con explosivos.  Luego aparecen sucesivamente El fantasma de un soldado y un pelotón y le preguntan al capitán que si están muertos. El lleno de culpa les dice que si y que él es el causante de esa muerte. El no hizo lo suficiente.

 

TEXTO CUATRO: ENTRADA

Tuvo su sueño, su luz del talento que fue realizando su cuento de hadas. No fue su salida de un túnel, fue su entrada, cuando adornos hechos comentarios, llegaban a cada triunfo, un reconocimiento de pares y adultos, donde inevitablemente se pega lo bueno y lo malo de ser bendecido por ser destacado. Lo bueno portar ese don, lo malo creerse diferente y a veces el olvidarse del otro, generar daño sin querer por no haberse dado cuenta que más que exigir resultados a quien ya de adulto, de profesional, miembro de élite empresarial lo que hay que hacer es acompañar a ese destino común en donde no se note quien está arriba y quien está abajo, pareciera decir su voz: y lo reconocí tarde, cuando ya están lejos mis compañeros de equipo que por mi exigencia y fijación por resultados, los reventé, dejando como único camino para ellos, el dejar el barco, cuando la historia hubiera sido diferente, si en vez de mirar su deriva en su embarcación desde la suya, me hubiera subido a la de ellos  y hubiéramos  enfrentado juntos el triunfo o el fracaso. Mi culpa es hoy esa ausencia de historia que no reconocí. Mi conciencia de culpa.

Preguntas: ¿Cuál es la Renuncia que aparece detrás de la conciencia del militar y el sujeto que reflexiona? ¿Cuánto podemos enfrentar a la vida para lograr nuestro imperativo categórico o estamos definiendo nuestra capacidad de resiliencia? ¿Encontramos puntos de amarre que nos permitan ver una explicación un tanto clara de la Ética de la Renuncia?

 

CONCIENCIA DE DOLOR

Sueño Cinco: Campos de trigo con cuervos

Un estudiante de arte se encuentra en el mundo vibrante, y a veces caótico, de una pintura de Vincent Van Gogh . Allí conoce al artista en un campo y conversa con él. El estudiante, en un momento determinado, pierde la huella del artista (quien pierde una oreja y se acerca al final de su vida) y viaja a través de otras obras tratando de encontrarlo. Al final lo ve en su obra de los Cuervos y se ve ya fuera de la pintura.

 

TEXTO CINCO: MIS CUERVOS

Asisto a la sustentación de obra literaria de varios compañeros, es como nuestra tesis de grado, paso previo para su graduación (la mía también). ¿Momento feliz? No tanto, para el de hoy, para Carlos. Es más, para mí fue como un baldado de agua para mi mundo futuro de la escritura. ¿Muy duro? Tal vez. ¿Por qué, es hacer conciencia de lo difícil de un oficio? Sí, es hacer conciencia que quizá el promedio que llevas en la Maestría te sirve para aprobar, pero no siempre para sentir y vivir que lo hiciste bien con la obra con que vas sustentar.

Son voces que me llegan del concepto de la obra de Carlos, primero de su tutor, primer instante para sentir que tengo mojada la cara, mi despertar abrupto al mundo de la escritura. Me siento incómodo por ese concepto, me digo a mi mismo como si fuera Carlos, porque borra en parte mi alegría del proceso cursado de mi Maestría. ¿Real? Si, aún puedo caminar con agua en mi rostro. ¿Muy mala la obra de mi compañero? No, con opinión del tutor le queda claro al autor, que la obra aún necesita ser trabajada, pero resulta presentable en esta instancia (¡aguanta!).

Se sigue. Turno para el primer jurado, vuelve el agua a mi escenario de futuro escritor, la camisa al oírlo me queda empapada, me debo cambiar, siento frío pero debo escuchar comentarios sobre la obra de Carlos, la novela corta de Inés y Armando: “es claro que la vida es dura pero se debe revelar algo más profundo de las relaciones humanas” y sigue “más que una expresión literaria se ve una documentación puesta al servicio de la narrativa “. Tomo aire, me cuesta respirar un poco con los comentarios, mientras me llega todo el balde de agua, ya no solo es la camisa estoy empapado, no puedo ir a cambiarme, son los efectos de los comentarios del segundo jurado que ahora rememoro: “esa intención estética de la cotidianidad de la vida popular tiene su defecto cuando el autor lo cuenta todo, no deja que el lector imagine” y sigue “no es convincente el salto de un libro de cuentos a una novela” ¿Y ahora? Así mojado le toca sustentar.

Preguntas: ¿Cuál es la Renuncia que aparece detrás de la conciencia del aprendiz de pintor del sujeto que reflexiona sobre la situación de compañero de estudio? ¿Cuánto podemos enfrentar a la vida para lograr nuestro imperativo categórico o estamos definiendo nuestra capacidad de resiliencia?

 

CONCIENCIA DE VIDA

Sexto sueño El Monte Fuji en Rojo 

Una central nuclear, situada cerca del Monte Fuji ha empezado a fundirse y en breve colapsará. Como consecuencia el cielo se tiñe de un color rojo que hiede y que hace que millones de japoneses huyan desesperados a través del mar. Tres adultos y dos niños, incapaces de poder huir, son abandonados en la región pero se dan cuenta de que la radiación los matará de todos modos en corto tiempo.

 

TEXTO SEXTO: PANDEMIA

Me siento vulnerable, no soy libre para respirar como antes, cuando tengo contacto social debo usar mascarilla. Que extraño, antes cuando estaba intranquilo, en lugares cerrados, en mi trabajo, aliviaba el estrés tomando conciencia de mi respiración en espacios abiertos, ahora lo debo hacer en mi casa, vuelvo al origen, en el nuevo contexto de pandemia, nueva posibilidad para morir, para subsistir como especie, nueva posibilidad para no depender de lo externo, volver a mi nido, mi familia, mi mismidad para adquirir conciencia del otro, de vida.

Preguntas: ¿Cuál es la Renuncia que aparece detrás de la conciencia de los que viven una catástrofe nuclear o una pandemia? ¿Cuánto podemos enfrentar a la vida para lograr nuestro imperativo categórico o estamos definiendo nuestra capacidad de resiliencia?

 

CONCIENCIA DE LO IRREVERSIBLE

Séptimo sueño: El demonio quejoso

Un hombre (posiblemente el mismo Kurosawa) se encuentra vagando alrededor de un terreno montañoso nebuloso y sombrío. Conoce a un oni (criatura del folklore japonés, semejante a los trols en Occidente), una criatura con un cuerno que ha mutado, siendo en un principio un ser humano. Este demonio le explica que ha experimentado un holocausto nuclear y como consecuencia perecieron los animales y la naturaleza sufrió severos daños. A los seres humanos les crecieron cuernos que les causan tal agonía que se les puede escuchar aullar durante la noche.

 

TEXTO SÉPTIMO: DESEMPLEO

Esta historia comienza con un hecho, (perdí mi trabajo, un asunto de pandemia), lo trato de solucionar, utilizo ahorros, ayuda, algo logro, pero solo este mes, sigo. Esta historia comienza con otro hecho (no tengo para el arriendo), una necesidad insatisfecha, me persigue a diario, me rebusco la consigo, paso el mes, sigue la lucha. Esta historia comienza con un vínculo (no puedo ayudar a mi mamá), me preocupa, pero no puedo, me rebusco, obtengo esa ayuda, sigue la lucha. Esta historia comienza con un sentimiento (no me siento bien), no pertenezco a una cadena, a un equipo, sin contactos, menos vínculos, sin hacer parte de, lo soluciono en parte, pero no es definitivo, sigue la lucha. Esta historia comienza con una situación (me enfermé), no hay seguridad social, no tengo garantía para cubrir esos gastos, me toca estirar la mano—dependencia, al fin no me enfermé, pase este mes. Esta historia sigue, se lucha, la soluciono a ratos. sigue, estoy desempleado. Nueva situación, Alo, si señora, que cuando comienzo, el primero del siguiente mes, claro, todo cambia. Hoy hay otro hecho. Gestiono una nueva esperanza. Es reversible por un tiempo, no sé. Lo irreversible es el espíritu de lucha.

Preguntas: ¿Cuál es la Renuncia que aparece detrás de la conciencia de los que viven una situación que no pueden cambiar? ¿Cuánto podemos enfrentar a la vida para lograr nuestro imperativo categórico o estamos definiendo nuestra capacidad de resiliencia?

 

CONCIENCIA DE TRASCENDENCIA

Octavo sueño: El pueblo de los molinos de agua

Un joven entra en un pueblo cada donde cada uno dispone de un molino de agua. El viajero se encuentra con un hombre viejo y sabio que está arreglando la rueda de un molino de agua que se ha descompuesto. El anciano explica que los habitantes del pueblo decidieron renunciar a la contaminación que produce la tecnología y optaron por regresar a una era más buena y más limpia que la sociedad había abandonado ya hacía mucho. Al final, tiene lugar en el pueblo un cortejo fúnebre  en donde se celebra con alegría lo que perciben como el final de una buena vida.

 

MI TRASCENDENCIA

Como si fuera solo ese día “el sábado sin que pueda descansar“, no queda más tiempo, se escapa y se va “sin poder quedarse en la cama otro ratito”, hay cosas que terminar: murmullos de diligencia para el viaje de tu hijo, la reescritura de capítulo de tu novela con el nuevo tono del narrador, parada en mercado y el encontrarte con una amiga para un café—vaivén de tu mañana; ¿y la tarde?, el reloj sigue, vuelta a la casa a almorzar, reescritura de cuento con eco y tejido de tu novela: “quizá así era ese tejido de engrane de historia” para que llegue la noche de TV, con tenis y cine “El séptimo sello” de Ingmar Bergman, mientras el sueño llega como un símbolo de muerte: mi día termina en mi mente, vuelta hacia atrás de su comienzo, examen retrospectivo, mi símbolo diario de terminar el día, de vida y de muerte. Mi trascendencia.

Preguntas: ¿Cuál es la Renuncia que aparece detrás de los personajes del molino o del sujeto que vive su momento de trascendencia? 

¿Soy capaz de entender el deber ser de estas renuncias, que dentro del contexto de la película no son todas voluntarias…?

  • ÉTICA APLICADA

Héctor Luciano Ramírez

 

¿Para qué sirve la ética?  

Es como preguntarse para qué sirven los valores.  Pues lo valores me llevan a determinar lo que está bien o mal para mí. Pero aquí no acaba todo. Si está bien para mí, ¿lo está para los demás? 

¿Quiénes son los demás? Resulta que estos demás son los que son afectados por lo que yo hago. Y pueden o no estar de acuerdo conmigo. Y pueden discutir o no mi actuar porque también tienen valores personales y de conjunto.

 Si ya he actuado y después me valoran en una discusión, terminan el otro o los demás decidiendo quién soy y me definen por lo actuado. Me doy cuenta de que no estoy solo. Y recuerdo a Lao-Tsé :  “La manera de  hacer es ser”. No es solamente lo que hago, sino el cómo lo hago. Qué valores y qué intención acompañan lo que hago. 

También lo que hago puede estar acompañado de antivalores. Porque puedo o no seguir mis valores. Porque tengo la libertad para hacerlo. Puedo afectar individualmente mi valor de la Dignidad y socialmente el valor de la Justicia.

Estamos viviendo aun en pandemia. Hay muchas cuestiones para evaluar del comportamiento personal y social de la manera de manejar el Covid-19.  En esta pandemia se movieron todos los cimientos éticos de la sociedad. En realidad, nadie sabía qué hacer. Tuvimos millones de muertos mundialmente. Tuvimos que aceptar, con dudas, la vacunación como el aporte científico. Soportamos el confinamiento y el aislamiento. Enterramos nuestros muertos sin despedirnos y casi sin las debidas ceremonias. Tuvimos que reconocer la utilidad de medidas higiénicas, de respeto humano, que siempre debieron estar y que habíamos olvidado o manejado descuidadamente.

Valores como la solidaridad, el bien común, fueron puestos a prueba por quienes querían cumplir las normas frente a los que no querían cumplirlas y consideraban que el virus no existía. La libertad personal y la responsabilidad con los demás fueron exigidas al máximo, por cuanto que no teníamos información para decidir conscientemente que hacer. 

¿Qué no va a quedar del Covid-19?  ¿Qué valores que creíamos desarrollados en nosotros necesitan ser revisados? ¿Cuántos conceptos éticos aparecieron con fuerza para cambiar pensamientos y moralidades que ya no orientan la sociedad?  Es tan cierto que somos una sociedad para la productividad y el consumo como objetivo de vida para llenar el día a día El desarrollo del uso de la tecnología computacional creció enormemente cambiando conceptos de reuniones, negocios, visitas al médico Etc. Etc. También va a generar un cambio ético porque la ética también crece, aunque tal vez tenga su centro en lo más profundo de nuestro ser.

 

6   CONCIENCIA ACRECENTADA

Gladys Ruiz

 

 

“Rene Descartes postula que para que una persona sea consciente de algo, el tráfico de los sentidos tiene que llegar a una estación, donde luego causó un hecho especial – de hecho, mágico- una transacción que se produce entre el cerebro material de persona y de la mente externa”

          “William James concibió el pensamiento como parte de la consciencia personal. Él se refirió al pensamiento como proceso constante de cambio, sensiblemente continuo. Para James, un aspecto central de la conciencia es la atención”

           Por siglos la religión, la filosofía, y más tarde la psicología, así como otras ciencias han tratado de abordar el enigma de la conciencia, desde la psicología William James lo abordo en 1920 sus estudios aún conservan el interés de muchos investigadores.

 Mario Bunge y Rubén Ardila tienen un estudio muy interesante que lo abordan de la filosofía y la psicología.

           Me gustaría seguir citando a más estudiosos de la conciencia con sus magníficos aportes, pero me extendería demasiado, ya que me centraré un poco en la Conciencia Acrecentada.

            El estado de consciencia se define como el estado en que se encuentran activas nuestras condiciones neurocongnitivas superiores, atención, percepción lenguaje, funciones ejecutivas memoria y coordinación. Este estado se da cuando el sujeto tiene conocimiento de sí mismo y del entorno que lo rodea.

            Aunque las experiencias son privadas podemos deducir que las personas tienen un estado de consciencia si están en un estado vigilia y actúan con intencionalidad.

 

El filósofo Australiano David Chalmers  también tiene grandes aportes  sobre los grados de consciencia el discute algunos procesos  que incluye  así la vigilia, su capacidad para procesar la información de forma racional , lo cual puede tener lugar solamente cuando esta más alerta, la introspección  el propio cono cocimiento de elementos mentales internos , la responsabilidad, la capacidad de introspectar los propios eventos mentales, la autoconciencia, la atención , la actitud cognitiva, el control voluntario, y el cómo cuento los hechos, lo cual se aproxima al uso cotidiano de la palabra conciencia.

           El Antropólogo Carlos Castañeda decía que la consciencia acrecentada crea un estado de bienestar; es origen de la peculiar sensación de plenitud física y mental producida espontáneamente. El señalaba unos puntos muy importantes para ese acrecentamiento de la consciencia.

            Examen Retrospectivo: él hablaba de Recapitulación, revisar todas las experiencias que hemos tenido.

            El silencio interior: es la matriz de un espectacular paso evolutivo, el silencio interior es un estado natural de percepción humana en que los pensamientos quedan bloqueados y nuestras facultades funcionan con un nivel de consciencia que no exige la utilización del sistema cognitivo cotidiano.

           La percepción humana que funciona en las condiciones de silencio interior puede alcanzar niveles indescriptibles.

           El silencio interior es la matriz de un espectacular paso evolutivo.

 

  • VALORES UNIVERSALES

          Esperanza Dorado 

 

Los valores universales se refieren a aquellos principios que generan actitudes benéficas para todo el grupo social. Pese a la relevancia del tema, ha debido transcurrir mucho tiempo para llegar a considerar este tipo de actitudes, dado que, si bien es cierto en sus orígenes la humanidad actuaba colectivamente por el instinto de conservación, cuando coincidían diversos grupos en un mismo espacio sus encuentros se traducían en feroces batallas a muerte con el objetivo de no compartir la caza o frutos que se encontraban allí.

El paso del nomadismo al sedentarismo, cuando los pueblos de cazadores y recolectores se volvieron agricultores y pastores, implicó superar las confrontaciones y acordar formas de convivencia, haciéndose necesaria la reglamentación de la cotidianidad para evitar los conflictos por los recursos y, asegurar de este modo una estabilidad y buen desarrollo del grupo humano.

La escritura de diversos códigos como el de Hamurabi, la ley del Talión o el Decálogo judío y otros, tienen esa finalidad: evitar confrontaciones entre los individuos de un mismo grupo. En oriente se conocen textos muy antiguos como, por ejemplo, los tratados de Confucio en los que se percibe el respeto por los antepasados; en ellos se enseñan valores sociales para lograr las buenas maneras de un trato mutuo. Es a Confucio a quien se  le atribuye el sabio adagio de: “no hagas a otro lo que no quieras que te hagan a ti”. 

Con la llegada de la Modernidad las relaciones humanas se tornan más complejas, en la medida en que el número de individuos va creciendo; se hacen necesarios entonces verdaderos tratados legislativos para regular la convivencia pacífica y productiva. Ahora bien, pese a los esfuerzos de la normatividad, la Historia nos ilustra sobre las formas de gobierno que se han sucedido en el transcurso del tiempo, como los valores se transforman a medida de los cambios sociales y como estas relaciones se tienden a controlar de una manera punitiva.

Concretamente, consideramos como los más aglutinantes socialmente hablando, los siguientes valores universales: solidaridad, entendida como la priorización de la comunidad por encima de los intereses individuales; la empatía, es decir, la aceptación de los seres como integrantes de este todo que conforma el universo, lo que implica que las formas de pensamiento, razas, religiones, estatus social, etc. no interfieran en la igualdad que debe primar en la interacción entre los seres humanos.

Entonces los verdaderos valores universales aparecen cuando la conciencia acrecentada nos lleva a considerar la igualdad, esto es, la conformación de un todo con el universo y la empatía con nuestro entorno, entendido como el sentimiento de compasión que nos lleva a dar a los demás lo mejor de nosotros mismos y el deseo de bienestar para todo el conglomerado humano, incluyéndonos.

En la actualidad vemos cómo a nivel universal, estos valores se están olvidando, lo que ha llevado a relaciones verdaderamente caóticas entre los seres humanos y de éstos con nuestra madre tierra, la cual no nos pertenece, como lo han hecho pensar algunas creencias tanto religiosas como políticas, desfigurando la realidad que nos enseña que nosotros somos los que le pertenecemos a ella que generosamente nos sustenta. En lugar de dichos principios se ha alimentado una actitud verdaderamente depredadora contra todo aquello que se oponga a la voracidad desmedida que provoca la ambición, lo que conlleva a la desfiguración de relaciones elementales de consideración con los demás seres humanos y con nuestro entorno. 

De cara a ello, se hace necesario una educación en valores que replanteen la actitud arrogante e irrespetuosa que ostentan muchos individuos y que alimentan las grandes corporaciones, a quienes lo único que les interesa es la ganancia que sus asociados obtengan de las múltiples formas que se crean en cuanto a explotaciones tanto humanas como de entornos naturales.

Es necesario recordar que somos apenas otra de las diversas formas de manifestación divina —quizá la de mayor responsabilidad por tener la posibilidad de razonamiento—, y que de ninguna manera somos dueños de la naturaleza que nos rodea. 

La solidaridad, la igualdad, la compasión, el respeto, la actitud benévola con nuestro entorno donde siempre debe prevalecer la vida por sobre todo interés individual y todas aquellas formas que nos fortalezcan en nuestras relaciones cotidianas. Estas actitudes de pensamientos, sentimientos y obras, se deben incluir en un plan educativo dirigido, especialmente hacia la juventud, que es quien puede garantizar un mejor futuro planetario.

A diferencia de lo que observamos en nuestras sociedades, la cultura oriental, —al igual que nuestros ancestros originarios—, nunca se ha apartado de estos principios colectivos, pues tiene presente que la conexión con el entorno es definitiva si se quiere conservar un equilibrio benéfico para la humanidad, las demás especies, y por ende la tierra que nos sustenta.

La sociedad occidental está en mora de entrar en un proceso real de cuestionamiento de los comportamientos con los demás seres, tanto humanos como no humanos, tanto animados como no animados. Es urgente detener la carrera loca de autodestrucción que caracteriza a los tiempos contemporáneos y que pareciera no incomodar ni a nuestros gobernantes, quienes actúan como marionetas manejadas por los poderes tras bambalinas, ni a los gobernados que, con total inconciencia acatan las órdenes que dimanan de los estamentos poderosos.

Esto debe ocurrir rápido, pues estamos llegando a un punto de no retorno en el que la madre naturaleza está reaccionando frente a los desmanes humanos mediante verdaderas catástrofes: desastres por explosiones volcánicas, lluvias torrenciales que devastan todo, calores insoportables y, en general, cambios climáticos que en nada se parecen al conocimiento que antaño tenían nuestros campesinos y que eran la guía para su proceder en el agro.   

De no ser así, se podría pensar que los humanos – verdaderos depredadores – víctimas de nuestros propios procederes, desapareceríamos como especie, y, la continuidad de la vida quizá sería afortunada sin nuestra intervención. De ahí la importancia de los VALORES UNIVERSALES que nos hacen actuar armónicamente con nuestro entorno actitud que se acrecienta en la medida de nuestra propia conciencia.

La especie humana se torna enemiga de la madre tierra cuando no se la tiene en cuenta y se la agrede en aras de beneficios particulares. Es nuestra obligación como seres espiritualmente activos, propender porque esos sentimientos de amor incluyente, que constituyen los valores universales, sean inculcados en todas las formas educativas en las que tenemos oportunidad de intervenir. Sea nuestro norte el impulso, protección, valoración, etc. de todas las formas de vida, teniendo en cuenta que cada una de ellas es una manifestación divina.

Se hace necesaria una revaluación de esa actitud individualista que acentúa la separatividad y que impide observarnos como seres pertenecientes a un Todo con el universo, pensamiento que se adquiere a medida que nuestra conciencia se acrecienta, pues es así como el amor incluyente conlleva a sentir propios todos los aconteceres de la humanidad, sabiendo que nuestra cotidianidad contribuye a afianzar o no esa unidad con la divinidad.

Valga pues la reiteración que es la conciencia de pertenencia a un Todo la que podrá ayudar a ésta descarriada humanidad a buscar mejores formas de relacionarnos entre nosotros y con nuestro entorno, para evitar nuestra desaparición como especie. 

Cuando aceptamos nuestra pertenencia a un Todo, la percepción del mundo cambia por completo y la espiritualidad entendida como la conciencia acrecentada, se torna la compañera permanente en nuestro acontecer cotidiano, sacralizando la totalidad de nuestro entorno y es entonces cuando podemos hablar de una Ética Espiritual, en donde nuestros actos no tienen que ser sometidos a evaluaciones externas  sino que nuestra presencia ante nosotros mismos, es decir ante la mirada de la Divina Madre, responderemos sobre nuestros actos, éticos o no, según nuestro actuar. Es así que nuestro desenvolvimiento debe alinearse con todos aquellos sentires, pensamientos y actos que, propendiendo por la vida como manifestación divina, sean acordes a mantenerla, acrecentarla, defenderla, etc. en nuestras relaciones cotidianas, con nuestros congéneres y con nuestro entorno. Al considerarnos parte de un todo, los compañeros de viaje sobre nuestra nave: La Tierra, somos seres iguales, compartiendo un destino y por tanto con intereses comunes y deseos amorosos de aglutinación frente a todas las circunstancias amenazantes que podremos encontrar en nuestro breve paso por el estado que llamamos vida.

Es la Ética Espiritual nuestro camino directo con la Divina Madre donde cada uno puede tornarse su propio veedor, no con el ánimo de premiar o condenar nuestros actos, sino con el ánimo de reforzar o cambiar aquellas acciones o reacciones que nos ayudan o no en nuestro desenvolvimiento espiritual objetivo del camino elegido libremente que representa Cafh.

  • CONCEPTOS COMUNES DE LA ÉTICA POR FUERA DE LO ESPIRITUAL

Edgar Delgado Mejía

 

El concepto e implementación de la ética se ha venido desarrollando lentamente. Aunque hay raíces desde los griegos y posiblemente antes de lo registrado con la escritura (las primeras huellas de la ética las encontramos en los pueblos de Mesopotamia con Gilgamesh,  en Egipto utilizaban  el ma´at  para referirse a lo que hoy conocemos como justicia, equilibrio, la norma, orden, verdad, la acción recta y correcta, https://www.eumed.net/cursos/rcb-ed/2.htm) igual que el deseo de volar que siempre tuvo el hombre pero se concretó desde finales del siglo XIX y principios del XX. Se pueden observar las primeras acciones de ética más focalizadas y aplicadas hacia fines del siglo XIX con el surgimiento de la Deontología (proviene de dos raíces griegas que son “deos” que significa el deber, deos ontos lo que es debido o necesario y el sufijo “logos” o tratado en español) o sea el estudio o la ciencia de lo que es el deber, de lo que se debe hacer. Es un tipo de ética aplicada que a veces llaman la ética profesional. La originó Jeremy Bentham, un filósofo y jurista de Inglaterra, graduado en la universidad de Oxford, reformador social que se basaba en el principio de la máxima felicidad. Su aporte se encuentra en el libro La deontología o la ciencia de la moralidad. El propósito es definir los deberes de aquellos que ejercen una profesión en particular.

Inicialmente la deontología no era sancionatoria o jurídica, pero ha ido llegando a códigos específicos de diversas actividades profesionales o no. Por tratarse de una ética normativa tiene muchos campos como la ética del periodismo, de los negocios de la enfermería, de la medicina, la ética jurídica, del deporte, la bioética, etc. Pero no solamente se aplica a las profesiones sino también a grupos menos homogéneos como la deontología de los ciudadanos.

La ética profesional es entonces el conjunto de principios y reglas que establecen el campo de las actividades lícitas de los trabajadores de una organización. Estos principios deben fundamentarse en los principios fundamentales inherentes a todos los seres humanos particularizados en un entorno definido. Los principios básicos son, por ejemplo, el cumplimiento, la honestidad, la responsabilidad, el buen trato y otros.

Es de notar que lo que se considera principios fundamentales pueden variar entre diferentes filosofías o sistemas, como son el sistema capitalista, el comunismo, el socialismo, conceptos religiosos y demás marcos de diversas poblaciones.

Se puede decir que la ética profesional busca eliminar los beneficios personales y que el trabajo conduzca al bien común. Una empresa funcional y estable irradia estabilidad y bienestar para sus integrantes.  

Debido a que existen varios niveles de principios éticos como los personales, grupales o empresariales y aquellos del grupo social se dan situaciones en que estos principios no coinciden y se dan conflictos de principios que pueden ser de difícil solución. Se pueden prever tres situaciones como son: seguir los principios personales ante los de la empresa, seguir aquellos de la empresa por encima de los personales o desligarse de la empresa. Esto hace imperiosa la necesidad de contar no solamente con una parte normativa sino comunicar con el espíritu de la ética que nos puede iluminar para dirimir situaciones conflictivas de difícil solución. Además de los principios se dan efectos entre los principios en sí y otras situaciones particulares que pueden ser más acuciosas que la ética misma. En particular es de notar el choque frontal entre la ética personal, la ética de negocios y un medio económico y empresarial corrupto, una política y un país corrupto. Ante el desmoronamiento moral común a muchos países, especialmente los de países en desarrollo y el enfrentamiento de una elevada moral contra los hábitos perniciosos pero populares, la única solución integral que respete la libertad interior es la reversibilidad. Esto sería un tipo de ética cotidiana práctica. Recuerdo mucho el relato de un conocido director espiritual a quien nombraron miembro del jurado de un campesino largamente detenido por un crimen que no había cometido y tenían dos opciones, decláralo inocente (como moralmente correspondía) y esperar a un largo proceso para que quedara en libertad como era lo justo o declararlo culpable sin serlo y que quedara prontamente en libertad. ¿Qué prevalece en este caso? ¿Lo práctico y que el campesino vaya en libertad con su familia y pueda trabajar o que espere en la cárcel y vea pasar otra parte de su vida aislado?

A continuación, a manera de ejemplo, me refiero a la ética profesional del derecho colocando un texto de libre acceso en internet donde se describe el ámbito de la ética de este campo en los últimos tiempos. para abreviar eliminé el abstracto y corté antes de que el artículo cubra las oleadas y el trasfondo social y político. 

 

de derecho (Valdivia)versión On-line ISSN 0718-0950

Rev. derecho (Valdivia) vol.33 no.2 Valdivia dic. 2020

http://dx.doi.org/10.4067/S0718-09502020000200049  

Investigaciones. La filosofía de la ética profesional: una historia entrañable

Philosophical Legal Ethics: An Affectionate History

David Luban, Bradley Wendel

RESUMEN:

La teoría de la ética profesional, como disciplina moderna, comenzó en los 1970. Este artículo ofrece un breve recuento histórico distinguiendo dos oleadas de literatura teórica respecto de ética de la profesión jurídica. La “Primera Oleada” vincula la disciplina con la filosofía moral, y se concentra en los conflictos que se producen entre la moral ordinaria de los abogados y su ética del rol, mientras que la “Segunda Oleada” se preocupa más bien del papel que juega la representación jurídica en la mantención y promoción de una democracia pluralista. El artículo rastrea el origen de la Primera Oleada en los movimientos sociales de los 1960 y 1970. En la conclusión, ofrecemos algunas especulaciones acerca de posibles caminos que podría tomar una Tercera Oleada de ética profesional teórica, sobre la base de la ética conductual, la ética de las virtudes, o la teoría de la relación fiduciaria.

Palabras claves: Ética profesional; moral ordinaria; ética del rol; teoría del derecho

  • INTRODUCCIÓN

El historiador inglés del partido Whig Thomas Babington Macauly, entrenado como abogado, cuestionó alguna vez, con aire de superioridad, la disposición que tenía el abogado, “que usa una peluca en su cabeza, y una cinta alrededor de su cuello, hacer por una guinea lo que, sin esos apéndices, consideraría malvado e infame hacer por un imperio”1. Dejemos de lado la referencia a la guinea; la pregunta central es: ¿qué tipo de persona se siente, por el solo hecho de ocupar un rol social, libre para hacer a un lado deberes y virtudes humanas universales? De alguna forma, el problema de la “ética del rol” de abogado es uno de los problemas más antiguos de la filosofía: se remonta a la crítica de Platón a los sofistas2. A pesar de eso, sorprendentemente muy pocos juristas -y filósofos morales- se preocuparon de la ética profesional del abogado en los siglos previos a la década de 1970. Hubo abundante discusión en torno a algunos lugares comunes3, pero muy poco análisis teórico sostenido4. En los años ’70, sin embargo, algo inesperado ocurrió. Comenzó una repentina efusión de artículos y monografías sobre teorías de ética profesional, que dieron origen a la disciplina moderna. Su origen y rápido crecimiento resulta fascinante como pieza de análisis histórico, lo que de paso nos aporta mucha información sobre la profesión misma y cómo esta ha evolucionado desde entonces.

La conmemoración de la Revista de Ética Profesional de Georgetown, en la que el presente artículo se inserta, es la ocasión apropiada para examinar esta historia. El Padre Robert Drinan, fundador de la Revista, acogía a los filósofos (uno de nosotros, Luban, recuerda una llamada telefónica del Padre Drinan, quien en su usual entusiasmo contagioso comenzó diciendo “Hola, soy Bob Drinan, ¿qué piensas de mi Revista?” Hasta ese momento, solo nos habíamos encontrado una vez). La visión que Drinan tenía era de una revista que abordara problemas prácticos, no solo teóricos, pero entendía muy bien lo profundamente entrelazada que estaba la ética profesional con la teoría. Drinan entendía también que el renovado interés en problemas morales fundamentales conectado con la función del abogado le daría impulso a las velas de la producción académica en ética profesional, y eso hizo que la Revista de Ética Profesional de Georgetown se volviera no solo necesaria sino posible.

El breve recuento histórico que sigue es selectivo, y -quisiéramos enfatizar- muy personal, en lo que respecta a los autores. Otros participantes en la evolución del discurso de la teoría de ética profesional de seguro narrarían la historia de una manera diferente. No nos disculpamos por ofrecer una historia personalizada; sí le ofrecemos disculpas a los académicos que pasamos por alto. Dado los constreñimientos de espacio y el deseo de no ahondar demasiado en algunos de los debates, no reclamamos exhaustividad del recuento histórico que sigue. Hay varias contribuciones de importantes académicos que han quedado fuera de esta revisión. Además, la historia que contamos se remite en lo fundamental a Estados Unidos.

Por razones que no entendemos completamente, la ética profesional filosófica floreció en Estados Unidos más de una década antes que atrajera atención internacional.

En lo que sigue identificaremos dos “oleadas” de contribuciones académicas concernientes a teoría de ética profesional: una que mira la profesión a través de los lentes de la filosofía moral, y otra posterior que critica esta orientación filosófico-moral y se aproxima a la profesión más bien desde la filosofía política. Resumidamente, la primera oleada se concentra en el abogado individual en tanto agente moral, y analiza la tensión moral entre la vida ética, por un lado, y la ética del rol del abogado a la que se refería Macaulay. La segunda oleada, en cambio, tematiza la representación jurídica como una institución política situada en una democracia pluralista, y por esa vía conecta la ética profesional con la pregunta por los elementos necesarios para que le sea posible a esa profesión jurídica preservar instituciones pluralistas. Cronológicamente, la primera oleada comenzó en la década de los 70 y la segunda oleada en los 2000. Pero obviamente esta división es formal: por cierto, estas dos escuelas de pensamiento se superponen en el tiempo mucho más que lo que sugiere la metáfora de “dos oleadas”.

En la conclusión, ofrecemos breves especulaciones acerca de temas discutidos actualmente en la literatura especializada que podrían abrir el paso hacia una tercera oleada de pensamiento respecto de ética profesional.

Otro ejemplo es la ética puntual de la profesión de contador de la que aparece a continuación un extracto que corresponde más o menos al contenido de diferentes páginas de esta profesión.

La ética de los contadores se puede resumir en los siguientes diez puntos

https://www.cofide.mx/blog/10-principios-del-codigo-de-etica-de-un-contador-publico

 

  1. Integridad. Dentro de este principio también se contempla la lealtad, conciencia moral, veracidad y justicia.
  2. Objetividad. Se entiende por objetividad a la acción de expresar la realidad tal cual, es decir, sin ninguna clase de alteración.
  3. Independencia. Este principio se refiere a la independencia mental y criterio que debe tener un contador 
  4. Responsabilidad. Aunque este principio no es exclusivo del ámbito contable, pues para cualquier profesión debe ejecutarse, es un hecho que la responsabilidad es una de las bases más importantes que debe tener un contador público.
  5. Competencia Profesional y Cuidado Suficiente
  6. Confidencialidad
  7. Comportamiento Profesional
  8. Normas técnicas
  9. Actualización profesional
  10. Respeto entre colegas

Como se ve, la deontología abarca bien lo que se describe como la normatividad. Sin embargo, la deontología se queda corta y es que apenas es una parte de la ética considerada en aspectos más amplios. Los enfoques Socrático, Platónico, Aristotélico, Epicúreo, y las aproximaciones modernas (Hume, Kant, Scheler, utilitarismo, etc.) ilustran la multiplicidad de consideraciones importantes alrededor de la ética.

La ética normativa es apenas uno de los componentes de la triada conformada por la metaética, la ética normativa y la ética aplicada. La primera estudia el significado y el origen de los conceptos morales, mira la ética en su conjunto global por lo cual su campo es muy amplio y filosófico. La segunda es la deontología en sí y estudia los valores morales con los que establece las normas mínimas que llevan las acciones individuales a un bien común. Aquí se pueden mencionar la ética laica o secular y la religiosa. Ésta última varía según la religión. La tercera ética estudia y aplica la ética a situaciones concretas muy polémicas como la modificación del ADN para seleccionar características de los bebés, la eutanasia, la maternidad subrogada, los trasplantes y similares.

Según su área de aplicación, la ética tiene muchas caras como la ética militar, sexual, ambiental, organizacional, social, deportiva, investigativa, comunicacional; en pocas palabras cada aspecto de la vida tiene una ética propia. Este es el punto de partida en que por similitud con la vida espiritual, vemos como ambos conceptos son subyacentes a todo. Sin embargo, el aspecto espiritual se ve soslayado en la mayoría de los tipos de éticas.

La ética profesional y de la persona corriente se limitan en su mayoría a una serie de normas que seguir y de límites que no conviene romper. La interpretación y alcance depende más de cada individuo y sus convicciones internas. Entre lo blanco y lo negro hay una zona de penumbra que es terreno para las interpretaciones éticas. Son esos puntos donde una ley humana choca con otra y no es clara una buena interpretación, son los puntos donde expertos en manipulaciones se refugian para cometer pseudoilícitos que no se pueden sancionar por ser confusos o estar por fuera de las consideraciones básicas pero que a todas luces conducen al beneficio particular y al desmedro colectivo. La relación con la ética debe ser completamente voluntaria y dispuesta a entregar de sí mismo y no interpretarla como una relación obligatoria que se perciba como camisa de fuerza e indeseable. Esto requiere una visión diferente de la vida, de lo deseable, de lo útil y del compromiso.

Por otro lado, podemos considerar la ética como el opuesto de la corrupción. Ética es lo correcto, lo bueno y corrupción (del latín, que rompe, que entra en putrefacción, que destruye) se refiere a lo que daña o destruye lo bueno. Es una faceta de la lucha entre el bien y el mal. Como todo par de opuestos, éste también tiene grados.

Así como es la consciencia es la ética. La ética y la corrupción son entonces diferentes grados de consciencia. Lo que ayer fue limpio y ético, hoy nos puede parecer inaceptable. La búsqueda de las causas de una corrupción relativa nos lleva a identificar su origen que se puede expresar de múltiples formas, pero siempre tiene su fuente en el yo regresivo. 

La ética nos sirve como orientación; es un concepto tan básico que podríamos expresar la relación personal de cada momento y cada situación en función de la ética. Ética que orienta basada en lo que debe ser, en lo que es el presente y las condiciones de cada individuo. Podemos expresar la vida espiritual en función de varios conceptos como la Renuncia, la relación, el desapego, el compromiso y así también en función de la ética dentro de una visión espiritual de la existencia. La ética espiritual no establecería, como la normativa un mínimo exigible sino que parecido a la frase que dice que el límite del amor es el amor sin límite, establece algo paralelo en función de la ética. Por lo anterior pienso que hay suficiente material revisado y por escudriñar para que con nuevas contribuciones se pueda escribir un curso completo sobre los diferentes aspectos de la ética relacionados con la visión espiritual de la vida. Títulos y contenidos como “La reversibilidad y la ética”, “la ética mística”, “involución, evolución y ética” y muchos más.

  • CONCLUSIONES

  • La ética como proceso de estudio y sobre el deber ser, sobre cómo es vivir una buena vida, respecto de valores como la justicia, el bien y el mal, resulta indispensable para el individuo y la sociedad y, asimismo, constituye un ejercicio de reflexión razonada necesario, que debe realizarse de forma permanente, tanto en la vida ordinaria, civil, profesional como en la vida espiritual.
  • La ética además de ser un ejercicio reflexivo y razonado constituye una manera de vivir y de hacer las cosas, un deber ser aplicado a la práctica de vida y a la forma de actuar.
  • La espiritualidad como devoción, mística y forma de vida, por una parte, y la ética como reflexión razonada por otro lado, no derivan en visiones contradictorias del deber ser en, sino que son complementarias. 
  • Podrían existir dilemas y circunstancias de vida en las cuales la moralidad religiosa y la reflexión ética sean contrarias, o aconsejen diferentes cursos de acción. Es difícil reflexionar, dialogar con la dogmática religiosa, especialmente cuando se trata de dogmas firmemente establecidos, o cuando de ellos se predica que son inamovibles por haber sido dados por Dios; sin embargo, la reflexión y el dialogo ético podrían renovar y revisar posturas dogmáticas en nuevos contextos, en favor del desarrollo espiritual y de la humanidad.
  • La ética no es subjetiva es intersubjetiva. Esto quiere decir que trata de acuerdos entre las personas y de su aplicación en la sociedad, en vida de relación con los demás. 
  • Por ser intersubjetiva la ética no puede relativizarse al individuo, a su amaño o a su parecer. Depende de una reflexión y un razonamiento a la vez individual y colectivo, y en algunas ocasiones relacionado con un oficio o responsabilidad otorgada por la sociedad ó grupos de la sociedad, porque son concedidos a manera de título, de una determinada licencia, autoridad, posición o encargo social.
  • Por ser intersubjetiva, la ética exige el reconociendo del otro, la empatía y la responsabilidad de la acción, situación que conlleva actuar conscientemente, haciéndose responsable de las consecuencias de los actos. 
  • La ética se extiende y se descubre ampliamente como ética civil, o ética de convivencia, sin la cual no seriamos capaces de actuar colectivamente, de manera ordenada y mutuamente beneficiosa. En consecuencia, son de gran relevancia las ritualidades cuando se habla de ética, aplicadas en la manera de hacer las cosas, desde el manejo de la puntualidad hasta la responsabilidad y el cumplimiento de los deberes individuales, con la familia y con la sociedad. 
  • La ética y su estudio son de especial importancia cuando se habla de grandes responsabilidades, oficios y actividades de alto riesgo, como pueden ser las posiciones de mayor poder político, el ejercicio de profesiones en donde otras personas confían y ponen su vida y sus recursos, como es el caso de pilotos profesionales de la salud, abogados, y también directores espirituales. 
  • La mística presenta una experiencia inefable, es decir en esencia inexplicable por la vía de la razón, como un proceso vital de experiencia y vida en unión divina, y la ética por su parte es un proceso razonado y reflexivo sobre la moral y el deber ser la ética, tanto la ética como las virtudes se consideran complementarias y necesarias para el cumplimiento de la ascética, y la realización de la mística del corazón.
  • El debate ético actual se agita entre la búsqueda o descubrimiento de un imperativo categórico, universal y común para todos los seres humanos en contradicción con la propuesta de una ética afectiva, emotiva, y variable, relativa a la cultura. Sin embargo, en la vida espiritual no es necesario apegarse a una fórmula, un imperativo categórico, una vez que la expansión de la consciencia, la experiencia de la enseñanza, la voz de los maestros y la unión con la divina madre ofrecen luces sobre nuestro deber ser y la búsqueda de valores más elevados y dignos de ser alcanzados y seguidos.
  • La expansión de la consciencia se entiende en Cafh como
  • No tenemos en Cafh una ética de la renuncia, tenemos unos principios normativos en el Código de Ética que son concordantes con la idea de la renuncia: 
  • Respeto por las personas incluyendo las que tienen situación que generan dependencia.
  • Justicia
  • Promover el bien mayor
  • Generar el mínimo daño.


  • La forma como ellos se enlazan en la organización y en el proceso espiritual de los Hijos e Hijas de Cafh, corresponde a lo que se plantea como una Mística de la Renuncia. No una mística de las creencias, de las virtudes positivas y de lo mágico. Es decir, solo en los aspectos puntuales mencionados en el Código de manera directa tenemos una Ética. En los demás aspectos de nuestra organización y de la vida individual de los Hijos e Hijas tenemos una ética que permea nuestro Reglamento, Enseñanzas y lo más importante nuestra vida.
  • Una de las enseñanzas de Cafh se llama vivir conscientemente y que mejor para los hijos de Cafh tener una CONCIENCIA ACRECENTADA, quise con este trabajo adentrarme más sobre el estudio de la conciencia, ya que el conocimiento sobre los estados de conciencia es uno de los legados formativos de la historia de la humanidad
  • La ética está presente en cada aspecto de nuestras vidas. Hay conductas nuestras que ya están tienen su ética automatizada y que se revisan con mucha facilidad, como ir al trabajo, hacer deporte, etc. 
  • Pero hay controversias profundas en las cuales se han necesitado crear códigos de ética para diferentes áreas como la medicina, la ingeniería, la milicia, economía etc., porque alguien tiene que tomar decisiones que afectarán los comportamientos, vida y libertad de otros.
  • Todos entramos en la ética cuando tenemos que asumir responsabilidades como individuos y como comunidad.  Los comportamientos individuales y comunitarios son evaluados a la luz de una ética. Por ejemplo, nos vacunamos o no nos vacunamos. 
  • Descubrimos que nuestro comportamiento es ético cuando logramos armonizar pensamientos, sentimientos y acciones. Cuando alguno de estos componentes de nuestro ser está alterado nos conviene ver la dificultad existente y actuar.
  • Se hace necesario diseñar un sistema educativo de formación en valores universales que despierten en el ser la empatía por sus congéneres, la solidaridad, el cuidado de su entorno y en general por toda expresión de vida comprendida como manifestación divina, sin separatividad de ninguna especie y por el contrario que se enfatice en el hecho de sabernos parte de un TODO universal.


  • Es preciso tener en cuenta que el malestar social trae consigo reacciones donde se plantean posibles soluciones para consolidar el conglomerado humano en un trato justo, de respeto, solidario, empático y reversar las consecuencias del olvido de los valores universales que hoy en día se hacen necesarios para lograr un sentimiento global de unidad.


  • Se ve como la ética es una parte de los infinitos pares de opuestos, como pertenecería al extremo opuesto de lo que es la corrupción, como sería el opuesto de muchos otros pares de opuestos. Con unos pocos ejemplos se muestra como la ética normativa en sus diferentes formas busca apenas cumplir con unos pocos requisitos mínimos y en algunos casos solamente en función de un beneficio profesional y particular. También se diferencia de la ética en la que el compromiso es total e inclusivo.
  • Dentro de este sistema educativo se podría empezar por hacer un curso completo con enseñanzas sobre los múltiples aspectos de la ética relacionados con los principios y conceptos espirituales. 

 

 

Atendiendo a la solicitud de compartir con el grupo la experiencia y apreciación como acompañantes de la tabla 37 de Patrocinados de Bogotá (Delegado y Auxiliar de Tabla) destacamos lo siguiente:

 

En primera instancia agradecer la acogida a la propuesta de la DGM. De aprender a trabajar como grupo en equipo. En el mensaje de Plenilunio 2021 Plantea lo siguiente:

 

“En un mundo fragmentado, estamos generando nuevos campos de posibilidades con nuestro esfuerzo por aprender a trabajar en grupos, a reconocer las diferencias y a construir en la diversidad. No somos perfectos, somos seres humanos en proceso, pero nuestra tarea es valiosa e indispensable, y nos trasciende. Trabajamos en forma silenciosa a raíz de los problemas humanos.”

 

Durante este año, hemos visto con alegría, que cada uno de los Hijos/as de este grupo, ha realizado un esfuerzo valioso, para llevar a buen término el trabajo que plantearon para desarrollar como curso en consonancia con el trabajo anual. 

 

  • En su desarrollo plantearon temas, llegaron a acuerdos y se coordinaron por parejas para exponerlos, fortaleciendo el trabajo en equipo.
  •  Los temas elegidos, fueron indagados y profundizados.
  •  Se procuró un nivel más alto de comprensión con aportes creativos, invitando a detenerse e ir interiormente a explorar las preguntas planteadas.
  •  Se fortaleció el vínculo de compañerismo y unión fraternal de todos los miembros de este grupo.
  • Como acompañantes hemos estado en presencia con amor y con un mínimo de intervención. Aprendimos de los valiosos aportes de cada uno.
  •  Reconocemos igualmente, que el trabajo realizado en este año hizo que los miembros del grupo, se sintieran parte activa de Cafh.
  • Nos gustó en general, todo lo realizado, se colocaron ejemplos de la vida diaria y personal muy acordes al tema central.

 

Con afecto

 

Rafael Higuera Chaves C.O.

Delmy B. Ocampo Sánchez D.O.