VIVIR EL AHORA EN MOMENTOS DE CRISIS

 

 

 

Grupo de Damitas, Escudero, Doncellas y Pajes

Tabla Nº 195 de Solitarios de Barcelona, España

 

 

No persigáis el pasado,

Ni os perdáis en el futuro

Porque el pasado ha dejado de existir

Y el futuro aún está por llegar.

Hemos de observar a fondo

Lo que ocurre en el presente.

Los sabios viven de acuerdo con ello

Y moran en la estabilidad y la libertad.

Si practicamos las enseñanzas

De los Sabios,

¿Por qué habríamos de temer la muerte?

Si no lo entendemos

No podremos evitar

El gran dolor del postrer peligro.

Bhaddekaratta

 

EL DESAFIO DE HOY, VIVIR EL PRESENTE

 

Mucho hablamos de tener proyectos, objetivos que conseguir y visualizar el futuro en el que queremos vivir y es posible que en ese afán por pintar un mañana hermoso e ideal nos olvidemos de vivir nuestro presente.

Ya hemos visto que nada está garantizado en la vida como nos lo está demostrando hoy la realidad. Un virus llegó para cambiar los planes del mundo entero y así nos hemos dado cuenta de que las cosas verdaderamente no solo dependen de nosotros sino del entorno en el que vivimos y de todo lo que allí pueda suceder.

En ningún momento estoy diciendo que no sea necesario tener proyectos, planes, objetivos que cumplir, creo que al contrario son indispensables para vivir y tener ese impulso de caminar hasta llegar a ellos. Pero es muy importante no perderse en ese futuro y olvidarse de vivir el presente, con las circunstancias que tengo y con lo que la vida me ofrece. A veces me puedo pasar soñando e idealizando ese futuro y se me olvida de disfrutar lo que tengo ahora.

Vivir atrapados en el pasado o el futuro es una negativa a reconocer y honrar el momento presente tal como es. El pasado nos da una seguridad de lo conocido y el futuro nos crea un ideal de lo que puede ser.

Muchos esperan el futuro para poder vivir. He escuchado a personas que me dicen “estoy esperando a jubilarme para vivir y ser feliz”; si te mueves con esa idea quiere decir que el presente no es suficiente bueno.

La no aceptación de nuestro presente nos trae sufrimiento. Es la negación a aceptar lo que nos toca vivir en el AQUÍ y AHORA, queriendo intentar otras experiencias, otras circunstancias, otra familia, otro entorno. Prefiriendo estar siempre en otro lugar aunque inconscientemente hagamos todo para seguir atrapados en esas vivencias sin actuar para salir de allí.

Cuando estamos en un lugar que no queremos y que sentimos que es intolerable y nos hace infeliz, hay tres opciones: apartarse de la situación, cambiarla o aceptarla totalmente. Esto nos liberará y nos ayudará a transitar de manera consciente y responsable lo que tenemos por vivir y lo más importante, asumiendo las consecuencias de nuestras elecciones.

 

NO ES MOMENTO DE LAMENTACIONES

 

Es un buen momento para iniciar con un cambio radical en nuestra forma de ver la vida, pensemos que todo lo que pasa tiene una razón y un por qué.

Estas épocas, son unos muy buenos momentos para reflexionar en varios aspectos de nuestra vida, recapitularla y volver a empezar. No debemos tener miedo, a pesar de que veamos en todos los medios de comunicación, a pesar que veamos que los países poderosos no saben cómo controlar las situaciones actuales, a pesar que veamos preocupación en todas las personas que nos rodean. El miedo siempre será latente, nuestro control deberá permanecer en todo momento. Si sabemos cómo actuar, no debería haber miedo. Debemos de unificar nuestro corazón con nuestra mente para entablar una relación de equilibrio. Ya que en nuestro interior es la respuesta a todas nuestras dudas.

 

En estos tiempos, es un momento importante de detenerse un momento y reflexionar. Es importante no dejarse llevar por el miedo, pero tampoco hacer como si nada estuviera sucediendo, los extremos siempre nos afectarán.

 

Independientemente del estilo de vida que tenemos con respecto a la vida, estos cambios importantes que estamos viviendo no deberían afectarnos más de los que nos ha afectado en nuestra vida cotidiana en los tiempos normales. Ahora, es importante reflexionar un momento y aprender a manejar mejor nuestras actitudes y pensamientos hacia la vida y nuestra relación con la divinidad.

 

No es momento de lamentaciones, sino de reflexión. Todo lo que has adquirido y te ha costado a nivel emocional y mental, te deberían servir de mucho, te deberían servir para aprender a hacer nuevas decisiones en el futuro. No debemos caer en los extremos, y en el futuro no hacer deducciones falsas por dejarnos llevar por el pensamiento desequilibrado y vivamos sin limitaciones fluyendo con la vida.

 

A la medida y la calidad de vida en pensamiento y sentimiento mejoran también recibirás nuevas oleadas de nueva vibración. Estos tiempos que le han llamado de crisis, pienso que es un buen momento para reflexionar para utilizar nuestras capacidades y dones de la mejor manera, y otorgar nuestros productos de pensamiento y obra al servicio de los demás de forma honesta, es un buen momento para cambiar todos esos hábitos negativos que nos llevan a lugares innecesarios para el aprendizaje.

Todos los momentos difíciles pasan, solo llegan para traernos un aprendizaje y se van, este es uno de esos momentos.

REINVENTARSE EN MOMENTOS DE CRISIS

 

Toda crisis existencial se manifiesta de diferente manera, y saca a relucir nuestras carencias de cómo afrontarlas. Pero también nos ayuda a reinventar manera de cómo lidiar con ellas.


¿Cómo vivimos el aquí y ahora? 

Con miedo, desconfianza, incertidumbre de no saber encararlos ó de que nunca acabe, también con optimismo.


Hay ciertas crisis que no están en nuestras manos, conocerlas y comprenderla nos ayuda a encontrar medios o soluciones como aporte al conjunto humano.


También tenemos crisis interiores las que se generan por mi poca visión de mira, por ejemplo, no salir de mi zona de confort. Esta crisis sí que están en mis manos, el cómo darle solución a corto o largo plazo determina mi responsabilidad porque tiene que ver con mi vida interior y mi desenvolvimiento espiritual.


Reconocer las crisis sociales y las individuales me ayuda a centrarme en mi trabajo interior y un trabajo exterior deliberado.

VIVIR NUESTRO PRESENTE

Aunque gozamos de un nivel de vida cada vez más lleno de comodidades, de de objetos, de tener nuestras necesidades básicas cubiertas y en muchos casos disfrutamos de una vida llena de bienestar, no nos sentimos felices. ¿Por qué no nos sentimos bien? 

Una de las causas de esta insatisfacción es la continua agitación de nuestra mente. No descansa, día tras día la llevamos dando saltos sin parar entre los recuerdos del pasado y los planes – proyectos para el futuro. Esto genera mucho desasosiego. En estos saltos nuestra mente queda muchas veces atrapada bien en los recuerdos de acontecimientos tristes del pasado, o en preocupaciones y miedos de cara al futuro, los cuales nos llenan de angustia y ansiedad.

Sin embargo, el pasado ya no existe y el futuro poco sabemos, porque no ha llegado aún. Solo nos queda el presente, este mismo instante. Este es el momento de la serenidad, de la paz y de la claridad. Cuando la mente mora en el presente se llena de calma y de sosiego porque se purifica, podemos gozar de una mente clara, tranquila y por consiguiente feliz. Debemos entonces, intentar traer la mente al momento presente una y otra vez, porque entre más veces lo hagamos, nos permitirá que nuestro continuo mental este en paz.

Cuando podemos hacer que nuestra mente permanezca atenta a lo que está ocurriendo aquí y ahora, en el momento que tengamos por ejemplo un primer instante de ira, la mente puede observarlo inmediatamente e impedir su total estallido, así como las consecuencias derivadas de esta acción.

Otro ejemplo seria la envidia por determinado objeto o suceso, si estamos atentos en el presente, nos daremos cuenta en el preciso instante en que empieza el sentimiento y podremos detenerlo o por lo menos darnos cuenta y aprender de este momento. Si podemos observarlo nos podemos dar cuenta que la inquietud que sentimos no la genera lo exterior el objeto o el suceso, sino una creación de pensamientos en nuestra propia mente. 

Lo mismo sucede con los celos, si estamos atentos nos damos cuenta en momento que se comienzan a generar este dolor en nuestro interior, y si sentimos este calor o esta molestia, de esta forma podríamos parar posibles reacciones en palabra- mente que comenzarían a generar nuestro malestar y a parar las acciones desagradables que pudieran salir de nuestro ser.

El continuo mental que hemos generado de estos tres momentos o situaciones, no llevan a un sinfín de pensamientos que hacen que nos perdamos en ellos y haciendo que seamos más esclavos de nuestro continuo mental lleno de sufrimiento y alimentado por pensamientos negativos, que nos conducen hablar y accionar negativamente y volviendo continuamente a nuestro circulo de malestar.

La pregunta sería ¿Cómo y cuándo parar este círculo que me arrastra una y otra vez, que me controla y no me deja fluir con libertad!!?

¿Puede ser viviendo el presente?, el aquí y el ahora- ¿reconociéndome en cada instante?

Pero, cómo conseguimos hacer que nuestra mente permanezca en el momento presente.

Con la Meditación interiorizamos momentos que nos traen al presente. Meditamos para canalizar nuestra mente, para evitar las subidas y bajadas en que estamos sumidos constantemente. La Meditación nos proporciona equilibrio y serenidad, nos ayuda a discernir lo que está bien de lo que está mal, con el fin de tomar decisiones correctas en nuestra vida. Somos nosotros los que debemos decidir si queremos que nuestra mente este equilibrada, relajada y tranquila.

Si comenzamos la practica perseverante en la meditación interna, llena de paciencia, amor y abierta a la aceptación, es cuando nos reconocemos y nos damos cuenta de todas nuestras emociones y reconociéndome amorosamente podemos transformarlas desde el conocimiento y la humildad, en este darme cuenta de la naturaleza destructiva de la ira, el orgullo, los celos, etc., nuestros problemas se reducirán y desaparecerán lentamente.

Con la Meditación, la reflexión, la escucha y el estudio de las enseñanzas constante serán nuestras herramientas que nos ayuden a traer a nuestra mente una y otra vez al continuo vivir del presente.

Nos reconoceremos en el aquí y en el ahora para hacer hoy, lo que debo hacer, cuidando mis actos, mis palabras y mi mente para evitar generar con ellos malestar en mi alrededor, estando aquí y ahora me veré en mi verdadera dimensión, podre ver mis pensamientos para darles cada vez un pequeño giro de inclusión, de aceptación y comprensión, de esta forma empezare a construirme desde dentro para poder expresarme abiertamente, amorosamente y comprendiendo al otro, sin querer cambiarlo aceptándolo y entendiendo su naturaleza desde la sabiduría.

 

El Pez Gonzalez

( Por Marisi Blanco)

Habia una vez un pez llamado Gonzalez

El pez vivía de vez en vez

vivía según lo que le aparecía

no pensaba en el futuro ni en el pasado

vivia según lo que amanecía ese día.

Un día vino la rana,

le contó que una gaviota

se hacía la marmota

junto en la orilla

cazaba a mas de un desprevenido

y se lo engullía

sin piedad ni simpatía.

Hace mas de un mes que sucedía

Toda preocupada

la rana le contaba,

pero el pez Gonzalez

con su desfachatez

ni caso le hizo

y hasta se le rió un poquito,

¡tanta preocupación sin motivo!

Se dió la vuelta y se fue a navegar despacito

Disfrutando de las algas y las olas

Y en eeeeso aparecíó la gaviota!

Frente a sus ojos

sobre una roca

haciéndose la marmota…

uy uy uy si iba a tener razón la rana,

ahora le tocaría a él ser la comida

para la gaviota ese día.

Se quedó quieto, muy quieto

flotando frente a su peligro.

Me haré el muerto

pensó…pero no sólo eso pensó

su mente divagó

en un laberinto

de perdidos pensamientos

que había dejado guardados

sin ningún lamento.

En su quietud se acordó

de las mil cosas que dejó por hacer

se acordó de los tantos besos

que no hizo nacer.

Recordó viejas enseñanzas

de su abuela y se dió cuenta

lo inteligente y sabia que era.

Me cachís, cuanto había dejado pasar

creyendo que vivía en presente,

cuando no escuchaba ni a su gente,

ni la besaba lo suficiente.

Ahí tomó conciencia que el presente

es estar totalmente conciente

no del tiempo

sino del momento

de sambullirse a pleno,

de comprometerse.

Ahora no tenía ni tiempo para arrepentirse

Estaba la gaviota firme

esperando un movimiento

para cazar al momento.

El pez Gonzalez

ya estaba del revés

con la panza hacia arriba

como los peces muertos

Que cosa más rara,

una vez que se aterraba y paraba

y estaba tan atento

de dió cuenta que su vida era un cuento,

por vivir sin estar realmente en cada momento.

Entonces decidió disfrutar del movimiento

del agua mientras se hacia el muerto.

Hasta vio el zooplancton

que nunca lo había visto

pensaba que era leyenda,

vió los rayos del sol de otra manera

 

y sintió a su Ser tan pleno…

 

Entonces vió como la gaviota

cansada de esperar

se volvió a su nido

sin rima y sin ningún sonido

el pez Gonzalez

volvió a vivir otra vez

pero consciente, atento,

sin hacerse el muerto

viviendo el momento

y sobre todo sabiendo

que todo pasa

como la brisa en movimiento

 

Integrantes:

Dta      1          MARÍA LUZ ROJAS ZURITA

Dta      3          SANDRA PANCHO BARBA

Dta      6          MARIA ISABEL BLANCO GARCÍA

Esc      7          PAULO ANDRÉS CARMONA ARROYAVE

  1. 1          BARLAN URIZAR 

Dlla     2          ELIZABETH CARVAJAL PALACIOS

 

        KARINA HANNOVER SANABRIA

                  GEOVANNA MEZA