TRABAJO ANUAL 2020

 

Tabla # 37 de Patrocinados de Bogotá

 

Dama Ordenada:                               Delmy Ocampo Sánchez 

Caballero Ordenado:                     Rafael Higuera Chaves

 

Esperanza Dorado Guerrero:           Secretaria

Edgar Delgado Mejía:           Limosnero

Gladys Ruíz Ulloa:                     Lectora

Enrique Echeverría Ovalle:           Archivero

Conrado Gómez Vélez:                     Orador

Luciano Ramírez Cuevas:                     Asistente

Darío Salas Cerquera:           Llavero

 

PRESENTACIÓN

 

El grupo de la Tabla # 37 de Patrocinados de Bogotá, en consenso, hemos escogido para este Trabajo Anual, un relato que nuestro compañero Enrique Echeverría Ovalle nos compartió y que, a través de una serie de preguntas, que al final del relato se cuestionan, hemos querido hacer las reflexiones que aquí se presentan, las cuales autorizamos para ser utilizadas únicamente entre los hijos de CAFH.

A continuación, transcribimos el mencionado relato para entrar en contexto:  

UN APACIBLE SUFIE

 

Enrique Echeverría Ovalle. Colombia, D.R. 

 

Apacible 

Con sello y símbolo 

En historia que atrapa 

Con fisura y pregunta 

Respuesta que llega 

Se hace camino 

Trascendencia se oye. 

 

Todo comenzó con una tarea de una materia de primer semestre, de Sociología. De una asignación de Grupo, nos correspondía desarrollar el rol de quienes en una comunidad representan el lado espiritual de las relaciones. Sacerdotes, rabinos, pastores, monjes budistas, chamanes, Hare Krishna, Mali Sufí, líderes espirituales, mamo, etc; caminos hacia Dios en la sociedad. 

 

Y el ejercicio fue formativo, porque la visión de las religiones se nos amplió quedándonos al final una frase de un bello texto jesuita: hay que dejar a Dios ser Dios.

 

Marcela era judía, Andrés católico y yo me iniciaba en una Orden espiritual que no entendía todavía, pero que nos ayudó a ser abiertos y comprender lo que nos dio Harry, a quien llamamos “un apacible sufí”. 

  • Del judaísmo no me gusta su visión de pueblo elegido y su posición machista respecto de la mujer—decía Marcela en nuestras reuniones. Me gusta su protección y fuerza como pueblo. 
  • Del catolicismo, y más de la cosmovisión jesuita de la misma, me quedo con esa comprensión de unión, de contemplación y acción, pero no me gusta como en la mayoría de las religiones el marco colectivo de las creencias en un solo Libro Sagrado—nos dijo Andrés. 


  • De Cafh, mi orden a la que hasta ahora ingreso, me quedo con su orientación individual y que no existe, como en el budismo, un libro sagrado: existe es más como una filosofía de vida. No me gusta en que la organización se centra en una minoría, una categoría de miembros y, por ende, de la preeminencia de una vivencia—les dije. 

Así empezamos nuestro trasegar por las diferentes orientaciones espirituales, en esa búsqueda de unificar ese rol de quien en la sociedad identificamos como sacerdote, pero que dependiendo de la religión tiene una óptica particular. El chamán nos dejó su amor, lo sagrado y la magia de la naturaleza, el mamo su unidad ancestral, el jesuita su activismo social, el rabino su sabiduría, el pastor cristiano su alegría, el director espiritual su visión profunda de la vida y el sufí su apacibilidad contemplativa muy cercana al monje budista.

 

Se llamaba Harry y era un malie, un monje sufista con vestido occidental. Fuimos con la idea de llenarnos de una compresión de la religión musulmana, y salimos con literatura sufí —contemplación y camino individual directo a Dios. 

 

—Nosotros los sufíes somos el lado místico de los musulmanes, por eso nos persigue el Estado Islámico, nos consideran herejes por nuestro acercamiento amplio hacia Dios, no de un precepto único y sagrado de él en el Corán. Nos gusta mucho la experiencia de Dios que tiene cada uno—nos dijo y salimos con literatura sufí, con sus famosos cuentos cortos llenos de sabiduría: 

 

EL CUENTO

 

La madre de Nasrudin, Leyla descubrió al niño cuando echaba puñados de semillas de sésamo al patio. 

 

¿Qué estás haciendo aquí en nombre del profeta? —exclamó Leyla, desperdiciando mis famosas semillas de sésamo. 

 

El sésamo es un repelente efectivo para grandes felinos, mantiene alejados a los tigres. 

 

Pero no hay tigres en estas partes, excepto en los circos—objeto ella. 

 

Ves lo que quiero decir—respondió Nasrudin, ¡funciona! 

 

Y nos sentamos como Grupo luego a unificar el rol de lo espiritual en la sociedad y empezamos a buscar palabras, sustantivos o verbos de conexión de su importancia. 

Nos quedamos con una idea que en nuestro sentir las unificaba: trascendencia. Una travesía diaria, un intento diario de ir más allá, para ver, descubrir, transformar en nuestra vida humana, lo que queremos. Una vivencia de que todo no se agota en la experiencia social, que hay un sentido que nos supera—decía Marcela. 

 

—Y esa trascendencia según la religión y/o Camino te da un matiz o ancla. El orden para católicos y cristianos, la fe en el judaísmo, la compasión en el budismo, lo sagrado natural en las religiones indígenas, la apacibilidad en el sufismo, la mística en mi camino Cafh—les dije. 

 

Y cuando salí de mi reunión me quedé pensando en el cuento sufí, quizá por mi vena literaria. Y me contemplé en la apacibilidad de sus símbolos: 

  • ¿Cuáles son mis semillas de sésamo en este momento de mi vida? 
  • ¿De dónde sacamos esa idea sobre las semillas de sésamo? 
  • ¿En qué sitios las echamos? 
  • ¿Cada cuánto decidimos que es tiempo de volver a echar las semillas de sésamo? 
  • ¿Cuál es nuestro tigre? 
  • ¿Porque queremos espantar el tigre? 
  • ¿Cuál es nuestro tigre de circo? 
  • ¿Quién nos pregunta? 

Tiene su aporte lo espiritual, me dije, no importa su matiz, lo importante es que nos trascienda, me decía, mientras reflexionaba en torno a la sabiduría de lo apacible sufí. 

 

LAS SEMILLAS DE SÉSAMO.

 

¿Por qué quiero echar las semillas de sésamo? 

Quiero asegurarme de que no haya felinos que me pongan en riesgo, especialmente tigres. Sin embargo, nadie me asegura que las semillas sirvan a mi propósito. De todos modos, me valgo de ellas a modo de fetiche pues creo que, por alguna razón que desconozco, ya han sido usadas con esa intención y pienso que debe ser por algo.

¿Qué me producen los felinos, especialmente los tigres?

Inseguridad, temor, la sensación de impotencia y rabia. Sentimientos todos que me acorralan e impiden que mi vivir transcurra con la serenidad que requiero en mi cotidianeidad.

¿Qué significado tiene el ver las semillas de sésamo esparcidas por los rincones?

Recordarme que existen los felinos que me ponen en riesgo; también despiertan en mí la creatividad para idear de qué manera puedo, aparte de las semillas, defenderme de un posible ataque. Me sirven también para estar alerta frente a nuevas amenazas.

¿Cuáles son los peligros que representan los felinos? 

Que me puedan apartar del camino elegido para avanzar sin rodeos hacia mi destino.

El reto personal es lograr identificar los peligros que me amedrentan desde el exterior a mí, de los que se anidan dentro de mí, en mi inconsciente, que son los más difíciles de conjurar, dado que los desconozco.

Todos aquellos pensamientos, sentimientos y acciones que, al igual que ignorancia, pierda el rumbo en mi desenvolvimiento espiritual.

Las llamadas pasiones tristes que indisponen mi espíritu haciendo que mi energía la malgaste en acrecentar mis rencores, odios, deseos de venganza, y que no me permiten continuar desenvolviéndome de manera adecuada a mi elección.

Debo estar atenta y no permitir que los tigres se apoderen de mi llenándome de temor, e impidiendo que mi conciencia se acreciente por estar, vanamente, cuidándome de peligros que solo yo puedo conjurar desde la divinidad que anida en mi interior.

¿Por qué para la madre son tan importantes las semillas de sésamo?

Porque, dado que me quiere proteger, para ella es evidente la necedad de 

que lo único que logran es entorpecer con ideas inadecuadas, nuestro cotidiano vivir.

Sin embargo, ellas me recuerdan los peligros que habitan dentro de por tanto me atemorizan más.

Recuerdo entonces la vieja sentencia de CONÓCETE A TI MISMO para saber quién soy en realidad y qué capas y máscaras debo dejar de lado para que emerja de mi interior mi verdadero ser y me pueda desprender de mi personalidad corriente, para comprender, por fin, que los felinos y tigres, lejos de ser reales, son mis temores, dudas, incertidumbres y viejas costumbres que me apartan del camino por mí elegido.

 

ESPERANZA DORADO GUERRERO

Secretaria.

 

LOS TIGRES

 

¿Cuál es nuestro tigre?

¿Cuál es mi tigre?

¿Cuáles son mis tigres? ¿Cuantos hay? ¿Hay otras fieras? 

¿Mirada racional, respuesta racional?

¿Mirada no-racional, respuesta irracional o no-racional?

¿Koan?

 

Un kōan (公案; japonés: kōan, del chino: gōng’àn) es, en la tradición zen, un problema que el maestro plantea al alumno para comprobar sus progresos. Muchas veces el kōan parece un problema absurdo, ilógico o banal. Para resolverlo el alumno debe desligarse del pensamiento racional común para así entrar en un sentido racional más elevado y así elevar su nivel.

Respuesta desde punto de vista individual

¿Tengo que conseguir semillas?

¿Será cierto que los ahuyentan? ¿Mito? ¿Creencia?

¿Nación, ciudad, familia, hábitos, educación, herencia, cultura son medios de tratar al tigre?

¿Me interesa ahuyentar al Tigre? ¿O ignorarlo? ¿O atraerlo para amansarlo?

¿Tigre real o imaginario?

¿Qué recursos tengo diferentes a de las semillas?

¿Qué es el no Tigre? 

 Lo que quiero lograr, alcanzar, hacer.

Una lista de lo que en definitiva no quiero es muy útil, pues es la antípoda de lo que siempre tenemos en mente qué es lo que queremos.

No quiero dañar a nadie y casi que, a nada, perjudicar…, deberle a nadie (porque ellos necesitan, no por mí) decir cosas que no son (a veces me lleva a ser estático), (es lo opuesto de buscar la verdad), no me gusta que los demás sufran, que los demás sean falsos, no quiero no entender, no quiero ignorar, 

¿El Tigre como pinche, pinchito, tirano, tiranito?

¿Cuál es el par de opuestos del Tigre? ¿Cuál el punto armónico? ¿Y el Covid-19 es Tigre?

Mi ámbito de trabajo es interno y externo, pero donde más puedo hacer es en lo interno. 

¿Entonces cuál es mi Tigre interior?

Definitivamente soy muy racional y éste es quizás el primer trabajo que en mi concepto no es racional, y se hace difícil encararlo racionalmente. Los trabajos racionales tienden a terminar con la percepción de que son trabajos terminados, y quizás los dejamos como tal. Este trabajo termina sin terminar y crea la percepción de que no ha llegado a algo terminado y que satisface a la mente racional y deja la sensación de que es algo que empieza, algo que debe continuar.

 

EDGAR DELGADO MEJÍA

Limosnero

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

¿LOGRARÉ LOS CAMBIOS QUE REQUIERO?

 

 

Cuando ingresamos a un camino espiritual, estamos llenos de ilusión y expectativas por conocer ese actuar, ese pensar diferente que nos hemos imaginado, aquello que vemos en nosotros y que no nos gusta será diferente.

 

¿Cómo lo lograré, en cuánto tiempo?

 

Será posible ese cambio. Oh, que alegría, me gustaron las primeras semillas, obraré con más conciencia, semana tras semana vemos que existen más semilla. 

 

¿Lo lograré? 

 

Sí, lo estoy logrando, ¡estoy en un camino espiritual !, he cambiado, soy diferente, mi ego me traiciona, si he cambiado mucho… Pero un día, por un comentario que he recibido de alguien que me conoce, me pone pongo a reflexionar; pienso ¿dónde están mis semillas?, ¿qué he hecho con ellas?, las he aprovechado, las he puesto en un lugar donde no las he podido ver y se han olvidado, y, muy ingenuamente, las esparzo para saber si las logro recuperar. Puedo ver que existen muchas cosas que hay que cambiar, una semilla para un cambio. Por ello el miedo, el estupor que ha pasado… he He desaprovechado el tiempo …. Ha quedado algo… Tengo miedo…  

 

 

GLADYS RUIZ ULLOA 

Lectora

 

MIS TIGRES DE CIRCO

Nada en la vida debe ser temido, solamente comprendido. Ahora es el momento de comprender más, para temer menos “.

-Marie Curie-

Sabía que esta época de pandemia era un momento importante para mejorar mi relación con una necesidad esencial: mi necesidad de seguridad.

Tener una relación más madura con mis miedos y temores. Con ese ropaje que para cada uno es diferente. Para comprenderlo.

Y yo sabía. Lo sentía. Me daba cuenta que tenía algunos de mis temores más controlados. Sentía que los tenía así, pero lo que fui notando era que ese valor—control sobre esos miedos y/o temores, descansaba en una estrategia equivocada: sin comprender.

Como esos tigres a quien soñaba domar con mi látigo. Con mi mirada haciendo que se pararan en las sillas como quería. Los controlaba. Pero ellos, los tigres, estaban lejos, imaginaba que hacían lo que quería o no me impedían hacer lo que deseaba, pero seguían allí, molestándome, generando malestar. Temor o miedo. No desaparecían.

Y de a pocos fue saliendo mi lista de miedos y de temores. De a poco fui descubriendo su sentido.

Estaban los que llamaba los miedos o temores con un logo de misión, como para mí era la soledad. Como para otros es la lucha por la vida, el saber que se tiene para lo básico hoy. Pero mañana… no se sabe.

Estaban los que eran mi práctica de osadía, ese atreverme a confrontar, hablar antes que callar. De decir lo que la mayoría calla por temor.

Y por supuesto estaban los miedos y temores con dolor, como en mi caso, el temor de perder a alguien valioso, que disfruto ahora pero no sé si estará mañana. Un perder especial, un perder por dejar libre, no de morir, aunque a la larga era lo mismo, me decía. Eran mis miedos de un duelo de pérdida de afecto, con incertidumbre.

Mis tigres de circo, expresiones de mis principales temores y miedos, de mis limitaciones a mi necesidad de seguridad. Mis puntos de cambio para comprender como proceso.

Detenerme para callar,
Callar             para    escuchar
Escuchar      para     COMPRENDER

Suspender (detener y callar) los hábitos que llevo de control y/o reacciones que tengo frente a un temor o miedo. Impido su acción, sólo los/las veo. Por ejemplo, ya no corro por tapar con algo mi soledad.

Escucho que me dicen esos hábitos o reacciones para comprender mi miedo. Como, por ejemplo, que más que escapar de la soledad, mi temor, lo que debo hacer es verla de frente, como una oportunidad de espejo. Para verme en mi vulnerabilidad. Sin ropaje y así comprenderla. Comprender desde esa vulnerabilidad ese tigre de circo.

Mis tigres de circo
los que exhibo y controlo
los que temo y no conozco
los que me impiden gozo
porque los cubro no veo
sin detener lo que no sirve.

Mis tigres de circo
expresiones de inseguridad
de lo que debo cambiar
que debo detenerme
para callar y escuchar
para así comprender.

Mis tigres de circo
que ahora exhibo sin desdén
de querer dominar
ahora son mi real expresión
de mi íntima vulnerabilidad
desde donde me cambio

Para ser MÁS LIBRE
sin ese temor y control
de lo que generan
lo que disparan
y me limitan
generando impotencia
daño
dolor
mis tigres de circo.

¿Y los tuyos?

 

ENRIQUE ECHEVERRIA OVALLE

Archivero

 

¿PORQUE QUEREMOS ESPANTAR AL TIGRE? 

 

En la historia que inspira el trabajo anual, el hijo de Leyla cree en las semillas de sésamo, porque tiene la convicción que de esta manera se espantan a los tigres. Cuando su madre le dice que por allí no se encuentran tigres, añade que es por eso, porque el esparce semillas de sésamo.

A través del absurdo, y el humor que se presenta, queda en evidencia aquellas cosas ridículas que hacemos con tal de espantar nuestros tigres. 

¿Quién, Qué es el tigre? ¿Tigres inexistentes? 

Quizá sí, quizá no, pero les tememos. Son nuestros miedos, nuestros fantasmas. Las cosas inconclusas, las que nos avergüenzan, las pérdidas que vamos acumulando y que tememos sufrir alguna vez. Hacemos muchas cosas para tener, para vivir cómodamente, para evitar el sufrimiento, y no queremos que venga el tigre por nosotros. 

¿Porque queremos espantar al tigre? 

Porque tenemos miedo. ¿Y qué podemos temer? La muerte, por supuesto, que nos devora, o. mejor dicho, que nos devorará algún día en una cita a la cual no podemos faltar. 

¿Y si el tigre es la muerte, podemos espantarlo con semillas de sésamo? 

Quizá podríamos demorar su llegada, no obstante, algún día vendrá. La vida avanza inevitablemente a hacia la muerte y las pérdidas. Quizá la madre del niño esté equivocada también, porque si existen tigres, es dudoso que esparcir las semillas de sésamo sirva para algo.

Tenemos miedo de perder. Objetos casi siempre materiales, la salud, la honra, el respeto, la admiración, la juventud, el amor, el aprecio y la amistad de otros, el sustento, la vida. Sin embargo, si algo tiene en común todas estas cosas, es que están irremediablemente perdidas. Nada nos llevaremos de lo material, de la misma manera que la juventud y la vitalidad se irán, y la memoria de lo que somos y lo que fuimos también desaparecerá. Pero hacemos intentos para espantar el tigre, para que no venga y de pronto esperamos que no aparezca para llevarnos. 

El tigre es la muerte, tememos porque el tigre es la muerte que vendrá por nosotros. Llegará un día en que venga expresamente, de forma final, aunque todos los días nos visita. La vida se va poco a poco, nos vamos muriendo todos los días, todos los días un poquito.

Sin embargo y curiosamente, vivimos como si nunca fuéramos a morir, sin mirar lo que hacemos o si estamos en paz con la vida y si ya hicimos lo que deberíamos. 

Aplazamos cosas, como si tuviéramos tiempo, y vivimos sin afán como si tuviéramos toda una vida para hacer las cosas, pero estamos equivocados. La vida es breve, muy breve; hay que hacer rápidamente lo que debemos hacer, desechar todo lo que sobra y nos entorpece, lo que nos hace pesados y lejanos a nuestra meta.

Existen en este sentido varios tipos de problemas. Priorizar; no todo es importante, realmente pocas posas son las más importantes. Debemos preguntarnos si lo que hacemos todos los días, nuestra rutina de la semana de cada día y cada año, refleja las prioridades más conscientes y las decisiones fundamentales que asumimos para nuestra existencia 

¿Tenemos una agenda, una meta, una vocación en la vida clara, y establecida con el mayor nivel de conciencia posible?

¿O simplemente nos dejamos llevar por la corriente, por los deseos de los demás o por la rutia que imponen nuestras coordenadas históricas, sociales y culturales?

¿Y las semillas de sésamo? 

Muchas cosas que tiramos en nuestro camino, inútiles, que nos desgastan y nos afanan todos los días, pero que son pérdidas. Descuidar nuestra familia y los seres que verdaderamente amamos para atender las prioridades y demandas de otros, de la oficina, de la calle, amistades que no lo son. El tiempo, son las semillas de sésamo, el tiempo perdido.

No perder el camino. Muchas cosas nos distraen, nos llaman, nos quieren llevar por sus laberintos, allí estaremos perdidos. El tiempo perdido en la búsqueda de objetos materiales, de una reputación mundana o de la aprobación de los demás, en contra de nuestro tiempo y de nuestra vida. Tiempo en vicios, en complacernos, en obtener dinero o placer. Un asunto muy difícil. Ya señalaba Sócrates, que al ser humano le cuesta distinguir lo que le gusta de aquello que le conviene.

En suma, tenemos que pensar en el tigre todos los días, y en las semillas de sésamo, que son nuestra vida, que vamos dejando esparcidas por nuestra vida, e irremediablemente vertidas, entregadas, 

¿Estarán perdidas estas semillas de sésamo? 

¿A quién habrán alimentado? 

¿Fructificarán? 

¿Crecerán como parte de una vida fructífera, amorosa y consistente con nuestra vocación y nuestro verdadero destino? 

Una cosa es segura, si no descubrimos todos los días y abrazamos nuestra violación fervorosamente, las semillas estarán perdidas, perdido el camino y el tiempo. Si no trabajamos en a la vida espiritual, en la oración, en la devoción a valores más elevados y conscientes, estarán perdidas. No hay que temer, la muerte vendrá, de hecho, viene todos los días, y nos acompaña siempre, cada día se muere más, un poquito más. ¿Y las semillas de sésamo? Las entregaremos todas, quedarán regadas por nuestro camino, ojalá mantengamos un camino en donde estas semillas crezcan, prosperen y se multipliquen, en donde puedan alimentar a otros que lo necesitan, pero aun así no servirán para espantar los tigres, porque nuestra cita con la muerte es inevitable.

CONRADO GÓMEZ VÉLEZ 

Orador

 

SEMILLAS DE SÉSAMO

 

Me parece que más que el miedo a los tigres, había un interés muy marcado en obtener una respuesta al interrogante de qué pasaría al regar las semillas de sésamo. 

¿Cuáles son las semillas de sésamo para nosotros hoy en día?

Las semillas de sésamo hoy en día podrían ser las semillas que sean una propuesta o forma de vivir.

El mundo en el que vivimos y observamos no nos permite estar tranquilos. Necesitamos unas semillas de sésamo que nos permitan vivir con sensación de tranquilidad y darnos un sentido trascendente a nuestra existencia.

¿Acaso necesitamos que el tigre aparezca para que las semillas, regadas en nuestro interior, adquieran sentido? 

Vamos a tratar de responder con unos pocos ejemplos, teniendo en cuenta que los ejemplos son buenos cuando sirven para probar algo y no cuando son el objetivo en sí mismos.

Cuando despertamos, invocamos a la Divina Madre para darnos el valor de levantarnos todos los días a enfrentar nuestra vida y sus dificultades. Esa invocación es nuestra semilla de sésamo. 

¿Cómo será nuestro día? 

 No lo sabemos. Cómo serán ese tigre o esos tigres, tampoco lo sabemos. Pero la semilla del llamado de la Divina Madre sí está ahí, junto con nuestra respuesta, aunque los tigres no aparezcan. Así organizamos nuestro día y esto tiene sentido.

Tomemos el miedo a lo desconocido. 

¿Qué nos anima a continuar en el camino cuando lo desconocemos?

 Nos anima la esperanza y la fe de que terminaremos por conocerlo. Cuando conocemos lo desconocido termina el miedo a lo desconocido. La fe y la esperanza son, en muchos momentos de nuestra vida, las semillas de sésamo que nos inspiran y animan a mantener el esfuerzo de conocernos y de vivir.

También podríamos pensar que la libertad y nuestra capacidad de decidir son semillas de sésamo que nos brindan la oportunidad de ser quienes realmente somos. Libertad y decisión que son amenazadas por nuestros condicionamientos humanos.

El amor es otra de nuestras semillas de sésamo en nuestros corazones. El amor ayuda a regular la relación entre lo humano y lo Divino, entre el bien y el mal. En ningún ser humano está ausente la posibilidad de amar.

Un tigre como el mal genio puede ser espantado con el amor.

Son muchas las semillas de sésamo que están en nuestros corazones, pero algunas apenas las estamos descubriendo y otras apenas las estamos abonando y otras están ya cosechadas y convertidas en verdaderos bálsamos en nuestro esfuerzo por construir nuestra dignidad humana.

 

HÉCTOR LUCIANO RAMÍREZ CUEVAS

Asistente

 

¿QUIÉN PREGUNTA?

 

¿Realmente necesitamos definiciones en medio de la incertidumbre? 

No lo sé, pero el definir implica delimitar, controlar, manipular, creer que se tiene una clasificación, jerarquía, un proceso y un resultado al que llegar, y en la incertidumbre, creer que se tiene un camino “definido”, es un escudo contra la desesperanza y el dolor del no ser.

¿Quién pregunta?

Que figura o definición puede darse cuando no se ha definido quien es el que hace la pregunta ¿quién pregunta?, nos hallamos sin rumbo, aislados, olvidados, abatidos por la vida. Soñamos con un “otro” que se haga cargo de nuestra desesperación en la búsqueda de respuestas que siempre tenemos frente a nuestros mismos ojos, que no quieren mirarse en un espejo y no reconocer su propia imagen preguntando ¿quién pregunta?

¿Qué parte mía o tuya, quiere saber Quién pregunta?

En este estado, ya sin identidad propia, una identidad arrebatada por lo contingente y sin fuerzas para reconocerse en el espejo, tú te identificas conmigo y los dos podemos reconocernos el uno en el otro, aun sabiendo que somos una pura nada y, a la vez, lo más grande del universo, sin poder definirnos ni el uno ni el otro, pensando que a las circunstancias nos definen y nos alejan de lo que realmente somos.

¿Cambia la respuesta dependiendo de quién pregunta?

¿Quién lo sabe? 

Yo mismo no sé si lo sé… Pero tú que podrías responderme si hemos llegado en esta barca y, aunque nos reconocemos en el otro, a la vez nos vemos diferentes si somos capaces de vernos con los ojos de los otros.

¿Será válida la pregunta?

O solo estamos evadiendo responder, por ejemplo: 

¿Qué es el tigre?  

¿Por qué está un tigre en el circo? 

¿Qué es nuestra semilla de sésamo?

¿Por qué son tan valiosas las semillas para la madre? 

¿Por qué se arrojan las semillas en las esquinas? 

¿Cómo funcionan espantando tigres?

¿Por qué soy un hijo y porqué es mi madre la que me pregunta qué hago? 

¿Cuánto tiempo o cuanto espacio dura el efecto de las preguntas o de las semillas?

¿Qué le respondería a la parte de mí que quiere encontrar a Dios?

Tal vez que Dios está presente en todos nuestros actos, pensamientos y sentimientos, y que no somos capaces de verlo, simplemente porque pensamos que ese tigre nos puede enfrentar y mostrarnos lo esencial de la vida, que no es otro que la presencia divina en todo nuestro ser, y hacemos lo posible para evitarlo y evitar la completa consagración de nuestra vida a lo divino, poniendo las semillas de sésamo como una barrera para enfrentarnos a ese tigre que es capaz de mostrarnos lo que realmente importa.

¿Qué le respondería a mi personalidad corriente?

Una semilla de sésamos es diminuta 

¿Cómo puedes creer que semejante semilla tenga todo el poder de espantar a los tigres? 

¿Realmente que estás escondiendo de mis ojos y distrayéndome con esas minucias que parecen simplemente las contingencias de la vida cotidiana? 

¿Qué es lo que NO quieres que vea? ¿Por qué preguntas eso? 

¿Para qué preguntas eso? 

Déjame saberlo, no lo ocultes con tus distracciones…

Qué pueden ser las semillas mismas que creemos que tiramos en las esquinas de nuestra casa y que realmente crecen en nuestro interior, como una telaraña que empañan nuestra visión interior a pesar de ser muy pequeñas, crecen hasta nuestra altura cerrando nuestra visión directa de todo lo que nos rodea.

 

¿Qué le respondería a mi corazón?

Un solo amor nos lleva por la vida para encontrar nuestro destino en lo divino, escúchate a ti mismo y simplemente ama sin restricciones, tanto lo que piensas como lo que haces y sientes.

¿Qué le respondería a mi mente racional?

Un solo pensamiento tiene el poder de la unión divina, solo hay que encontrarlo y vivirlo, dejando que el corazón lo ame y tú mismo lo sientas…. 

¿Quieres encontrarlo en medio de las marañas de la razón y la lógica inflexible?

¿Qué les respondería a mis sentimientos?

Un solo sentimiento nos descubre el camino de la unión divina, pero solo puede ser hallado por medio de la ofrenda de todo sentimiento ajeno a ese camino ¿Estás dispuesto a seguir ese camino?

¿Qué le respondería a mi pasado?

Yo te he traído hasta aquí, tú me has acompañado y puedes ver con claridad todos los pasos que hemos dado para llegar aquí, te doy las gracias por eso y te pido perdón por no haber escuchado tu voz. Lo siento, es necesario que yo sea capaz de aprender de ti, pero no debes esforzarte en hacerme creer que por tí, mi vida está definida en los futuros probables que tenemos juntos.

¿Qué le respondería a mi futuro?

No me esperes, yo solo puedo con el presente y eso solo en contadas veces. Eres ineludible, pero completamente indefinido, eres como las mismas semillas de sésamo que se pueden ver, todas tan pequeñas y con muchas posibilidades, pero ahora con una sola función ficticia de espantar a los tigres que me podrían hacer verme a mí mismo libre tal como soy, sin afectarme por todas las contingencias… ¿No es eso un futuro peligroso eso de verme realmente como soy? Tal vez por eso estoy aquí buscando escusas para no tomar ese camino…

 

¿Hay respuestas?

Sólo hay incertidumbre y hábitos que creemos que pueden alejar a los tigres de nuestra vida, y unas pequeñas semillas de sésamo tiradas por todas las esquinas de la casa que habito en esta carne y en estos huesos. Pero podemos reflexionar sobre este sentido de la vida, viéndolos desde afuera como hábitos inútiles, aquello que firmemente está en nuestras creencias, pensamientos y sentimientos que sirven para espantar a los tigres, por eso necesito saber: 

¿Quién pregunta?

Esa incertidumbre nos deja sin piso, porque no hay respuestas plausibles para cada uno de quienes preguntan…

¿Quién pregunta busca la verdad, o solo reafirmar los que piensa y siente como verdad? 

¿Por qué solo tengo preguntas y no respuestas? 

¿Hay algo que me permita poner pie en tierra?

¿Para qué sirve mi compromiso si no se responder, sino solo preguntar?

Tal vez solo Vivir es responder, pero sigo sin saber quién pregunta….

¿Vale la pena saber quién pregunta, o sólo es necesario responder a las preguntas…?

Es esto un juego de abalorios que nos distrae de la realidad y nos lleva de lleno a la ficción de “ser” o “querer ser”.

Somos en relación, no en soledad o aislamiento, tú formas parte del mí que he construido y, aunque no lo sepas, compartimos más de lo que creemos “ser”, pero ¿esto nos da sentido de vida? O es solo una manifestación del “uroboros” que somos de principio a fin, y es la pregunta que me hago sobre el verdadero “ser”, que solo se puede definir siendo….

¿Quién pregunta?

No lo sé, pero…

  • Tal vez un poeta iluminado nos pueda mostrar el camino, porque yo solo tengo dudas…
  • Tal vez un docto erudito, nos pueda ilustrar sobre lo que hay que hacer, porque nada sé…
  • Tal vez una madre o una hija, con todo el amor que han dado al mundo, a sus familias, nos pueda iluminar y mostrar esa luz a nuestro corazón para seguir adelante a pesar de las dudas…
  • Tal vez un tranquilo sanador, que es capaz de curar las heridas que nuestra desesperación ha dejado en nuestras vidas y en las de los demás…
  • Tal vez solo necesitamos alimentar nuestro espíritu con las delicadas viandas que prepara para nosotros quien expresa su experiencia y amor por la vida en esas ofrendas para alimentarnos a quienes estamos ávidos de ese alimento existencial que siempre nos brinda…
  • Tal vez nuestros guías físicos e interiores nos puedan ayudar a desenrollar esa maraña de pensamientos y sentimientos que nos distraen de lo real…

DARÍO SALAS CERQUERA

Llavero